Freddie's Mixtape. ~Deacury.~

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Antes de empezar, quiero aclarar un pequeño punto importante. Esta historia no me pertenece, mas sin embargo, la historia es tan bonita, que la escritora me concedió el permiso de mostrarsela a ustedes. A continuación van a leer la última obra de -SaturnMay

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~Freddie's Mixtape~

John Deacon realmente no se consideraba el ser más romántico del mundo, al contrario, creía ser un tipo bastante seco a la hora de interactuar con sus posibles parejas, siendo poco cariñoso y romantico. No es que fuera un tipo sin corazón, sabía querer, simplemente le costaba demostrarlo, ganándose la fama de ser uno de los hombres menos románticos y más matapasiones de su edad.

Por la misma razón, no duraba demasiado en una relación. Las chicas y chicos que habían estado con él se aburrían de que nunca tuviera lindos detalles con ellos; que jamás salieran a lugares a los cuales las parejas regularmente van o que no les dijera apodos lindos o elaborados como "amorcito, mi vida, cielo, cariño", entre muchos otros.

Le costaba demasiado.

A pesar de sonar como algo realmente triste, John ya estaba bastante acostumbrado a eso y aunque le dolía al principio, lograba superarlo como el adolescente que era.

El día uno siempre estaba en shock. El dos lloraba las veinticuatro horas. El tres comenzaba la depresión y se quedaba en esa fase por dos semanas hasta que trataba de recordar todo como algo lindo que lo llenó de experiencia.

Podía ser arisco, pero era positivo si se lo proponía.

Ya había vivido lo mismo cuatro veces en cuatro años y siempre había logrado salir adelante; hasta ahora.

De todas sus parejas, había una sola persona a la cual John, a pesar de no interactuar con ésta hace siete meses, no podía superar. Y esa persona tenía nombre y apellido: Freddie Mercury. Un pelinegro de diecisiete años al cual veía todos los días en el pasillo del instituto hablando y riendo con su grupo de amigos, mientras él se sumergía en una miseria que lo hacía estar escuchando música absolutamente todo el día en una banca, esperando que la campana que iniciaba las clases sonara a penas salía a recreo. Aunque, en un mal día, deseaba que no sonara jamás, esperando así ver a su ex pareja en cada momento.

A John, le gustaba torturarse. El dolor provenía de disfrutar de la risa del pelinegro. De cómo sus ojos cafés se aguaban cuando la carcajada no cesaba por minutos. Cómo sus manos se movían a la hora de explicar un tema le gustaba; o de sus facciones afiladas a la hora de escuchar a alguien decirle algo. Y a él le gustaba ese dolor. Aunque en la mañana, al mirarse al espejo se tratara de convencer que tenía que sacarse a Freddie de la cabeza, que debía dejar de pensar en él, que tenía que dejarlo ir y que era hora de continuar, no podía. Absolutamente todo le recordaba a él.

A pesar de creer que mirarlo era la expresión máxima de tortura conocida por el ser humano, había algo muchísimo peor. O bueno, dos cosas: Imaginarlo con alguien más y recordar el día de la ruptura.

No sabía cuál de aquellas dos era peor.

No sabía cuál sensación le revolvía más el estómago, y amenazaba a sus ojos con llenarse de lágrimas. Si pensaba: "sí, con ese tal Roger haría linda pareja... es más amigable, divertido y cariñoso que yo" o recordar las palabras de Freddie el ultimo día que habló realmente con él, las increíblemente dolorosas "Creo que no deberíamos seguir juntos, John ¿Sabes?"

Le había dicho John... y el pelinegro siempre le decía Johnny y cariño.

"No creo que nuestra relación vaya para el mismo lado. Yo quiero otras cosas, tu quieres otras cosas y... ugh, no me hagas decir la típica frase cliché de 《No eres tú, soy yo》 porque en realidad eres tú, no muestras ningún interés en mi, y estoy cansado... Te quiero mucho, pero esto se acabó".

Pequeñas Grandes Historias [One Shots]Where stories live. Discover now