Otra dimensión

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Nos habíamos peleado por mis estúpidos celos, y pasé la noche llorando, sintiéndome la mujer más fea del mundo. Nuestro mundo era uno de cables y conexiones, con megabytes, memorias internas y externas, abrazos de emoticonos y flores sin olor.

Éramos íconos hechos con colores en lenguaje informático y un país invisible dictaba nuestra ubicación. Ningún GPS me llevaría a sus brazos, ninguna casa del planeta tendría mi dirección.

Éramos todo y no éramos nada. Así de simple. Hasta hoy...

Cuando amaneció pasó algo nunca antes visto. Algo al estilo de películas futuristas e ilusión artificial. Algo complejamente inexplicable y completamente real. Abrí un mensaje y por el costado del teléfono se construyó un helado virtual. Era un cucurucho de chocolate, con frutos secos y cobertura. Por el cucurucho se leía el sabor del helado: "Ñu", pero como no tenía idea de cómo sabía esto, me puse lentamente a ingerirlo. Para mi sorpresa, el helado era real. ¡Muy real! Fue uno de los helados más ricos que comí en mi vida.

Cuando en la pantalla aparecieron letras y frases pidiéndome perdón, mi mente viajaba muy lejos. ¡Yo también viajaba! Para cuando él volviera a tocar su teléfono yo ya estaría allí a su lado, como el helado virtual que de pronto existió. ¿Era posible tal cosa?¿Podría enviarme a mí misma por email?

Luego que sus labios reales tocaron los míos, todas las respuestas virtuales quedaron respondidas. Sin querer, habíamos construido otra dimensión distinta. Mágica, única, nuestra. ¡51! ¡50L4M3NT3 NU35TR4!

 ¡51! ¡50L4M3NT3 NU35TR4!

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Un viaje a través de mis MicrocuentosWhere stories live. Discover now