Capítulo III

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ꟷ Vaya que lo pasaste bien el viernes, Jane. -dijo Loki con una sonrisa pícara en rostro, sacándose la bata blanca para dejarla colgada en el respaldo del asiento antes de disponerse a almorzar.

Había sido el primero de los dos médicos en llegar, ya que uno de los nuevos internos detuvo a Fandral justo antes de salir para solicitar su ayuda en el análisis de un electrocardiograma que presentaba ciertas anomalías y el novato prefería estar cien por ciento seguro antes de dar un diagnóstico ¿Había alguien más adecuado para esa tarea que no fuera Fandral? Probablemente no.

El azabache, con una sonrisa traviesa en el rostro, alcanzó a correr antes de que el rubio lograra arrastrarle de regreso al recinto para ayudar al interno.

ꟷ Cállate, Loki.

El gruñido molesto, que disfrazaba la vergüenza que sentía en ese momento la abogada, hizo reír al grupo de amigos que la observaban.

ꟷ ¿Nos dirás quién es el afortunado? -preguntó Volstagg con una sonrisa de oreja a oreja.

Los colores se subieron al rostro de la mujer, sintiendo calor de repente mientras desviaba la mirada hacia cualquier parte de la habitación-. Thor también cogió con alguien y no los veo molestándolo. -comentó, intentando que la conversación se centrara en otra persona.

ꟷ La diferencia, querida amiga, es que él es un puerco y ya estamos acostumbrados a eso. -habló con sorna el hombre más rellenito, ganándose una patada por debajo de la mesa por parte del rubio.

Loki en silencio le dio la razón en Volstagg y tomó su caja de almuerzo para comenzar a comer. No hacía falta que preguntara quién había sido la conquista porque estaba seguro de que se trataba de Amora. Suspiró disimuladamente intentando no fruncir el ceño ante tal situación.

La verdad era que no le agradaba esa chica. El motivo no era su alocada vida sexual ni la poca simpatía y amabilidad que mostraba al mundo, simplemente creía que su amigo merecía algo mucho mejor que alguien que le gustaba andar saltando de verga en verga.

Y obviamente se lo había dicho muchas de veces al rubio y este le seguía asegurando que la chica no tenía ningún lugar especial y que solo era algo del momento. Thor siempre decía que el día en que quisiera comprometerse con alguien, caería nieve en el infierno.

Ahora, realmente estaba comenzando a dudar de sus palabras ante lo regular que se había vuelto la mención de aquel nombre.

ꟷ Gracias, amigo mío, siempre puedo contar contigo para hablar lo mejor de mí. -dijo Thor con ironía, para posteriormente darle un largo trago a su jugo-. Qué imagen tendrá Sif de mí.

La castaña, que se había mantenido al margen de la conversación, solo apretó los labios en una débil sonrisa sin saber cómo contestar. No fue difícil darse cuenta en su primer día de trabajo que el grupo era algo... especial.

ꟷ Pero si es la verdad ¿No, Loki?

El azabache sólo se encogió de hombros y siguió comiendo para no contestar, completamente interesado en contar los vegetales que se encontraban en su plato. No tenía ganas de seguir con aquella conversación que involucraba a Amora con Thor.

El celular del rubio vibró justo antes de que pudiera decir algo en su defensa, interrumpiendo así la conversación. Con un movimiento lento Thor tomó el aparatito y contestó, extrañado al ver que le llamaba uno de sus vecinos del edificio.

ꟷ ¿Señor Haugen?

ꟷ Buenas tardes, Thor. -saludó el anciano-. Lamento molestarte a esta hora, pero debes venir urgentemente.

El alto frunció el ceño, consternado ante tal peticiónꟷ. ¿Qué ocurre?

Escuchó al hombre a suspirar pesadamente antes de hablar-. Se nos ha informado que el edificio presenta fallas estructurales en dos soportes principales y no harán desalojar el lugar.

Después del primer beso [Thorki]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant