Moriarty que no quiere ser Moriarty

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Pasaron un par de días desde lo que le prometiste a Molly, aún pensabas formas en las que Sherlock se interesara en ella, era una gran mujer, pero tenías que hacérselo ver a él.
Era tu tiempo de descanso, así que saliste afuera un rato, hacía mucho que no fumabas, lo necesitabas, prendiste un cigarrillo, instalaste y luego exhalaste aquel humo con nicotina

- no sabía que seguías fumando -abriste los ojos como plato al ver a tu hermano.

- Jim! Que alegría -fuiste hacia él para abrazarlo- ¿qué haces aquí?

- vine a verte, que tal te iba en tu trabajo. ¿Por qué quieres esto... -señaló el hospital- para tu vida?

- no quiero que cada vez que salgas a "jugar" yo salga perjudicada

- es divertido -sonrió- no entiendo porque no quieres seguir mis pasos

- para empezar no soy una psicópata -él rió- encontraste otro peón en tus juegos

- sí, ahora que lo mencionas, encontré a alguien muy interesante, creo que puede ser un buen adversario

- eso dijiste del de Francia y su cerebro quedó esparcido por la torre eiffel

- bueno es que esa vez no calculé bien, pero este es diferente. Es más, creo que iguala tú inteligencia

- nadie iguala mi inteligencia James -dijiste molesta.

- ¡Jim! ¡Jim! -dijo molestó y miró el edificio- ¿En serio trabajas aquí?

- sí, y no quiero que involucres mi nueva vida en tu aburrimiento, de acuerdo -amenazaste.

- de acuerdo -blanqueo los ojos.

- debo irme, tengo trabajo -tiraste el cigarro ya acabado- no te metas en tantos problemas, y si lo haces yo quiero ser dueña de Londres

- si claro... -dijo con sarcasmo- si no trabajas no hay recompensa

- con el big ben me basta -gritaste entrando al hospital.

Tras terminar tu turno te dirigiste a tu departamento, caminabas por la calle Baker pensando en la manera de juntar a Sherlock con Molly, eras una Moriarty, así que conseguís todo lo que te propones, cuando de pronto chocas con alguien golpeando tu brazo y el de la otra persona

- auch ¡por qué no te fijas! -ese grito te pareció familiar.

- ¿Sherlock? -frunciste el ceño.

- ¿___? Ahora entiendo porque tanta estupidez -dijo rodando los ojos.

Ibas a contestar, pero viste caer una gota de algún producto en la acera, viste la gabardina de él y notaste que sangraba

- Sherlock, tu brazo -lo señalaste- está sangrando

- ah sí, un narcotraficante me disparó -dijo como si nada- si me disculpas, debo ir a mi casa -empezó a caminar.

- ¡Espera! No puedo dejarte ir ¿Aún la bala está en tu brazo?

- sip -dijo él deteniéndose.

- vamos al hospital

- nop, no tolero tanta estupidez en un sólo cuarto

- rodaste los ojos- entonces vamos a mi casa, allí tengo los utensilios adecuados para quitar la bala...

El amor es una desventaja peligrosa(Sherlock Holmes)Where stories live. Discover now