Cuando te vas

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Tenía aquel boleto de tren para partir a nuestro lugar.
Quería verte, sentirte, abrazarte y decirte muchas cosas.
Tantas, que deje pasar el hecho de que nunca te había escrito o de que no sabías que iría. ¿Pero necesito a caso tú permiso?
No, porque también llevas esperando a que volviese...
Lo sé.
Sentí el reloj marcando la hora avisando que faltaban cinco minutos para que el tren tomara rumbo hacia ti.

Y pasaron dos, tres horas y llegue al fin.
Estaba ansiosa de querer ver tu cara.
Cuando al fin pasa media hora, estoy en frente de tu casa...
Toco la puerta, una mujer abre y mi sonrisa cae.
Me sentí nerviosa, avergonzada, mis mejillas rojas y las lagrimas a flote.
Sonreí a medias con la decepción en las pupilas. Le pregunto si estás, no di vuelta atrás porque de nada servía si para algo venía.
Ella te llamo amor, me partió el corazón al escuchar cuando te dijo así...
Apareciste sonriendo cuando bajabas las escaleras, me sentí estúpida  cuando te mire, me miraste y tú sonrisa también cayó.
Nos miramos unos segundos, saliste de tu shock y llegaste hacia la entrada con una sonrisa falsa.
Su esposa nos dejó solos, no dijimos nada, hasta que entre abrió los labios y dijo lo siguiente:
— Nunca pensé que volverías.

Si lo pensaste... claro que lo pensaste, pero se te olvidó cuando me olvidaste.
Yo solo sonreí y solo le dije:
—Te lo prometí y acá estoy. Aunque no fue el año ni el momento adecuado. Lamento haberme demorado tanto... debí pensar que no me esperarías toda la vida.

Él se quedó callado, agachó la mirada y dijo que esperara, que tenía algo para mi.
Nerviosa espere en aquella puerta a que su presencia volviera... me sentía extraña, me sentía nada.

Volvió con una carta entre sus manos y con una sonrisa a medias me la entregó.

— La había escrito hace mucho tiempo... pensé que había sido una tontería pero de algún modo la guarde porque creí que nunca volverías, porque creí que jamás te vería. Pero ahora es tuya. Creo que siempre te perteneció. Fue un gusto.

Dijo eso, acto seguido le sonreí y no medí palabra alguna, solo di media vuelta y él cerró la puerta.
Avance dos pasos y las lágrimas retenidas no dudaron en caer. La punzada en el pecho me dolía como nunca, el vuelco me dejo hecha trizas.
Camine un poco más hasta llegar a una banca, me senté y cuando decidí leer lo que contenía, en ellas decía:

Cuando te vas.

Y comprendí que yo me fui de él... la carta lo decía.

~ValeriaPv



Espero les haya gustado.
Los quiere
~V

FRASES en las ESTRELLASWhere stories live. Discover now