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A la mañana siguiente Sakura ya se encontraba de pie. Se preparó bien para ver al niño que le esperaba. Llegada la hora las enfermeras le permitieron verlo. El niño tenía la mitad del cuerpo quemado. Tal vez tendría ocho años. Las piernas de Sakura temblaron un poco.

— El es Kohaku, hace una semana estaba con su hermano mayor en los alrededores del pueblo pero... —comenzó a explicar una enfermera.

— Pero había un papel bomba en uno de los árboles. El papel bomba se activó cuando ellos pasaban cerca y bueno... —hizo una pausa otra de las enfermeras.

— Perdimos al hermano de Kohaku. Pero protegió a su hermano a modo que sobreviviera. Solo que sus heridas cada vez empeoran. —completó el jefe.

— ¿Dijo papeles bomba? —preguntó Sasuke extrañado.

— Últimamente nos llega gente con heridas por explosión. Creemos que se trata de trampas que fueron puestas por shinobis durante la guerra. —dijo el jefe.

— Imposible. Se les ordenó a todos los shinobis desactivar todo tipo de trampas. —Sasuke parecía confundido.

— Entonces alguien nos está molestando. —habló el jefe dudoso. Sakura sentía unas nauseas enormes. Sasuke tomó su mano, se sentía fría. Le dió un apretón para recordarle que no estaba sola.

— Revisaré todos los alrededores. Alguien está provocando todo. —dijo Sasuke soltando a Sakura y caminando hacía las afueras del pueblo. Sakura lo miró irse, tenía miedo pero debía ser fuerte. Sasuke no siempre iba a estar cerca, debía demostrar lo capaz que era de controlarse.

Sakura comenzó a hacer su trabajo, intentando controlar sus emociones y sus mareos. El niño era fuerte, había aguantado casi una semana sin un médico. Después de algunas horas intentando sanar al niño, logró aliviar su dolor y cicatrizar la mayoría de sus quemaduras.

— Si todo está bien, debería despertarse solo en un par de horas. —dijo Sakura un poco sonriente. Las enfermeras la abrazaron fuerte.

— Estamos muy agradecidas con usted, Sakura-san. Es de mucha ayuda tenerla aquí. —dijo una de ellas mientras abrazaba a la pelirosa.

Sakura tomó asiento en una de las sillas que había cerca. Se calmó y comenzó a reunir más chakra. Después de un par de horas descansando el niño despertó.

Se restregó los ojos casi como si no sintiera el dolor de sus quemaduras. Miró a Sakura y sonrió. — ¿Usted es la señorita que me ha curado? —preguntó sin borrar la sonrisa.

— Sí... ¿cómo te sientes? —dijo Sakura poniéndose de pie. No había señal de sus mareos así que pudo acercarse al niño sin problemas.

— Gracias... —susurró Kohaku.

— No me agradezcas. Avisaré a las enfermeras que has despertado. —Sakura se alejó del niño y avisó a las demás mujeres cerca. Rápido le prepararon algo de comer y le hicieron un diagnóstico.

Sakura fue a revisar a los demás pacientes. Mientras tanto Sasuke investigaba por el bosque de dicho pueblo. No había signos de algún chakra cerca, pero tampoco había señales de más papeles bomba. Lo que encontró fue la bolsa de un shinobi con armas ninja. Tal vez alguien le había robado y habría usado los papeles bomba para molestar.

Después de un rato investigando decidió volver a el pueblo en busca de Sakura. Justo cuando iba acercándose al pueblo, el sonido peculiar de un papel bomba activándose sonó cerca del oído de Sasuke. Usando el susanoo pudo evitar quemaduras en su piel. No fue una explosión grave pero eso le hizo reaccionar y caminar hacia el pueblo, ya que sentía que algo andaba mal. Sentía su corazón acelerado por encontrar a Sakura y ver que estaba bien. La explosión lo había desorientado un poco, pero aún así caminaba lo más rápido que podía. Al llegar al lugar dónde Sakura estaba trabajando, la vió ahí, curando a unos trabajadores que se habían lastimado con grava. Suspiró aliviado de verla a salvo.

Ella se percató de su presencia. — ¿Sasuke-kun? ¿Qué pasó? —preguntó Sakura al ver la cara de Sasuke que parecía preocupado.

— No es nada... Solo pensé que estabas en problemas. —dijo intentando calmarse y no preocupar a Sakura.

— Parecías muy preocupado por algo.

— Un papel bomba explotó cerca de mí, ni siquiera lo noté. —dijo mirando su capa la cuál estaba un poco sucia de polvo. Se sacudió y miró a Sakura quién lo miraba fijamente y con desaprobación.

— Debes tener cuidado, Sasuke. Eres un gran shinobi... Pero también puedes salir herido. —dijo ella un poco seria—. En otras noticias... El niño ya está consciente de nuevo.

— Eso es muy bueno, Sakura. Eres muy buena con eso. —sonrió levemente Sasuke. Le alegraba saber que las cosas para ella habían sido buenas.

— Gracias... Lo mantendré en observación. Tal vez haya visto a alguien el día de la explosión. —dijo en voz baja.

— Buena idea, debemos resolver eso antes de irnos. —dijo Sasuke dándose la vuelta.

— ¿A dónde irás? —preguntó Sakura.

— Iré a comprar algo para comer. Te espero dónde ayer. —dijo alejándose. Sakura no sabía que decir ante eso, solo sintió como sus mejillas se calentaban. Se obligó a calmarse y siguió en lo que estaba.

La noche llegó. Sakura ya estaba acabando con los últimos pacientes que tenía, así que decidió ir a ver a Kohaku. Se acercó al espacio dónde el nilo se encontraba. Estaba mirando el techo fijamente. Seguro era difícil que a tan temprana edad perdiera a su hermano mayor.

— Hola, Kohaku. —dijo Sakura recorriendo la cortina que rodeaba el espacio del niño. Éste la miró soñoliento y se sentó en la cama.

— Hola... ¿No tiene un apellido por el cual hablarle? —preguntó el niño.

— No tengo permitido usarlo... Lo perdí hace mucho. —dijo Sakura sin pensarlo mucho. Le dolió recordar lo de su clan.

— Entonces tendré que decirle Sakura-san... ¿está de acuerdo? —preguntó amablemente. No parecía tener ocho años con la madurez en que se expresaba.

— No hay problema, Kohaku.

— Quiero agradecerle... Pensé que moriría del dolor. Cuando dijeron que un ninja médico vino a ayudar me alegré mucho. —hizo una pausa. Sakura sólo sonrió con tristeza, casi parecía una mueca—. La vi trabajar con algunos del pueblo... Cuando me iban a anestesiar les dije que podía aguantar un poco más, Sakura-san se veía agotada. —explicó.

— No debiste... Aún podía atenderte. —negó Sakura con la cabeza.

— Creo que prefería que me atendiera después de descansar.

— Yo lamento lo que te ocurrió... —la mirada de Kohaku se tornó triste al escuchar eso.

— Está bien... Supongo que no hago nada deprimiendome.

— Quiero saber... Si es que no te molesta decirme, quiero saber si viste a alguien el día del accidente. —soltó Sakura lo más amable y delicada que pudo.

— Yo...

— Kohaku... Es un milagro verte tan bien. —interrumpió el jefe del pueblo, el cual se acercaba a Kohaku y a Sakura sonriente.

Caída En Picada. ●Sakura Haruno● |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora