Lover (Claemil)

Capítulo 16

N.A: La chica del vídeo es Emilia, ella es cantante en realidad así que no tienen que usar mucho la imaginación de Emilia cantando.

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—¿Quieres ir a mi habitación?—me pregunto en cuanto entramos a su casa después de ir a dar un paseo en el parque.

—Si, está bien—tomo mi mano para ir hacia las escaleras y subirlas, en el camino me había contado que su mamá Lauren junto con sus dos hermanos, habían salido a la casa de su abuelo para visitarlo. Su mamá Camila estaba fuera por un concierto que daría para una casa hogar, ella al igual que otros artistas se presentarían y el dinero que se ganaría iba hacia los niños que lo necesitaban.

—Solo estaré un rato, tengo que ir con mi mamá, me dijo que me esperaba—me explico en cuanto entramos a su habitación.

—Esta bien, si quieres yo puedo llevarte hasta allá—me ofrecí sentándome en su cama.

—Eres un amor—se acercó a mí para darme un pequeño beso en los labios.

—¿Puedo tomar tu guitarra?—pregunte al verla en una esquina.

—Por supuesto, ¿sabes tocarla?—negue al escuchar su doble sentido.

—Y muy bien—le seguí el juego tomándola y volviendo a la cama para acomodarme.

—¿Vas a cantarme?—se sentó en la silla de su escritorio acercándose más a mí para quedar frente a frente.

—Si, escucha—empece a tocar las cuerdas con mis dedos suavemente, levante la mirada y la mire directo a los ojos empezando a cantar— no me salen las palabras, para expresarte que te quiero, no sé cómo explicarte, que me haces sentir, como si fuera el verano, y el invierno no existiera, como si separa todo... y con esa sonrisa que cambia la vida miraste hacia aquí, y ya no puedo contemplar que tú no seas la que me ama. Y cómo mirarte, esos ojos que me dejan en Enero, cuando sé que no son míos y me muero, el destino no nos quiere ver pasar—le termine de cantar y ella estaba sonriendo como nunca, deje la guitarra en la cama y ella sin perder el tiempo se puso de pie abrazándome y ambas caímos a la cama.

—Cantas hermoso, ¿cómo es que nunca te había escuchado?—levante mis hombros sonriendo.

—Nunca me había atrevido a cantar delante de alguien porque creía que no lo hacía bien, hasta que un día lo hice delante de mis mamás y ambas me dijeron que tenía una voz hermosa—sonrió escuchándome atenta.

—Es que tienen razón, tu voz es muy hermosa—acaricie su mejilla sonriendo— de ahora en adelante tienes que cantarme siempre que te lo pida y tienes que dejar que todo el mundo escuché lo talentosa que eres—negue mirando hacia el techo sonriendo todavía.

—Mira quien lo dice—le hable mirándola de nuevo.

—¿Que?—me pregunto confundida.

—Hablas de talento cuando tú lo tienes, tu mamá Lauren y tú mamá Camila tienen una voz hermosa para el canto y adivina quién saco ese talento—se rio bajo al escucharme.

—¿Quien?—pregunto siguiéndome el juego.

—Tú, todos sabemos que tienes una voz hermosa, vienes de una familia de cantantes, tus tíos, tus abuelos, tus mamás—se recostó en mi pecho suspirando.

—La verdad es que no lo sé, nunca me he atrevido a cantar y no sé si cante bien—negue abrazándola más a mí.

—Estoy muy segura que cantas como los ángeles—se rio al escucharme en el momento que sono su celular.

—¿Que pasa mamá?—le hablo mientras se sentaba en la cama y yo tomaba su mano entrelazando la con la mia— si, ya salgo para allá—colgo y se puso de pie— tienes que llevarme ya con mi abuelo.

—¿Paso algo?—le pregunté preocupada.

—No, solo que mi mamá ya quiere que vaya—me puse de pie caminando con ella fuera de la habitación, bajamos las escaleras tomadas de la mano y no pude evitar sonreír, suspiré porque estaba feliz de tenerla a mi lado. Salimos de la casa y ella cerraba mientras yo encendía el auto, la vi bajar las pequeñas escaleras de la entrada, camino hacia el auto y lo puse en movimiento por unos cuantos segundos, me detuve en el portón de la casa— iré con mi mamá, está con mi abuelo, regresamos más tarde—el guardia asintió a sus palabras, se despidió de él y volví a poner el auto en movimiento.

Narra Clara

—Gracias por traerme—le agradecí cerrando la puerta y mirándola por la ventana del auto.

—No fue nada, así me aseguro que llegues sana y salva—le sonreí.

—¡Hey!—voltee hacia el grito y vi a mi mamá en la puerta.

—¡Hola tía!—le grito Emilia desde al auto saludándola con la mano.

—¿Por qué no te quedas?—le pregunto acercándose— vamos a comer.

—¿Quieres quedarte?—le pregunte con una sonrisa, me sonrió de vuelta y apagó el auto, lo aseguro para después caminar hacia nosotras, tome su mano y caminamos hacia la casa, entramos viendo como mi abuelo estaba jugando con Cameron.

—¡Hola abuelo!—grite corriendo hacia él para poder abrazarlo.

—¿Cómo estás princesa?—me pregunto abrazándome fuertemente.

—Muy bien, ¿y tú? ¿todo está bien?—pregunte recostando mi cabeza en su pecho.

—Yo estoy perfectamente—me respondió— hola Emilia, ¿cómo estás?—volteo hacia ella sonriéndole.

—Muy bien señor Jauregui, me alegra que usted también este bien—le respondió con una sonrisa.

—Gracias—nos sentamos en el sofa, mi mamá a lado de mi abuelo, Emilia y yo frente a ellos.

—¿No tienes algo que decirle a tu abuelo?—me sonroje con la pregunta de mi mamá.

—¿En serio? ¿que es?—mire hacia Emilia que solo sonreía nerviosa.

—Pues verás—comence a decir pasando mi mano por mi cabello— Emilia y yo lo estamos intentando—él levanto las cejas sorprendido, se empezó a reír bajo y lo mire confundida.

—Ya era hora, pensé que se lo dirían cuando cada una ya tuvieran familia y estuvieran casadas con alguien más—rodee los ojos al escucharlo y ver como mi mamá reía y asentía.

—Todos pensábamos lo mismo papá—le hablo sin dejar de reír.

—Pense que yo era tu novio—miramos a Cameron cuando hablo, tenía su rostro fruncido.

—Lo eres, solo que no le digas a tu hermana—le susurro Emilia como un secreto.

—Bueno—me saco la lengua para después volver a jugar, sonreí negando.

—¿Y quién llevará a los bebés?—pregunto mi abuelo y empecé a toser cuando me atragante con mi propia saliva por la pregunta.

Perdón si hay errores.