L'affare

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Narra Dariana:
No di ni dos pasos dentro de la ópera cuando Madame Giry me habló.
- ¡Dios niña te ves muy demacrada!- reclamó mirándome de arriba a abajo- ¿¡Que van a decir los clientes!?- dijo molesta.
- Lo siento mucho Madame, pero, no he tenido los mejores días- dije intentando no estallar en cólera y salir de aquí.
- ¡Excusas!- suspiró- bueno ¿Ya sabes que hacer no?- preguntó encarnando una ceja.
- Si Madame me retiro- caminé hacia el cuarto de limpieza, ¡Ya no aguanto esta maldita vida!.

Terminé de limpiar todo, esta vez no habría visitas especiales así que me podría quedar como estoy, tampoco tenía ganas de arreglarme así que

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Terminé de limpiar todo, esta vez no habría visitas especiales así que me podría quedar como estoy, tampoco tenía ganas de arreglarme así que.
Como siempre la ópera comenzó y yo empecé con mi trabajo, butaca por butaca y palco por palco.
- Un banquillo... Por favor- ¡Lo oigo y no lo creo!.
- En un momento- dije como siempre, amable.

- Aquí tiene- posé el banquillo en el piso

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- Aquí tiene- posé el banquillo en el piso.
- ¿Se siente bien?- preguntó tomándome por sorpresa.

Narra Erick:
Llegué a mi palco, que estaba desocupado, ¡Parece que han entendido los inútiles de los directores!, La acomodadora llegó a los 15 minutos de función.
- Un banquillo... Por favor- pedí esta vez más educadamente, me cae bien la muchacha.
- En un momento.
Después de dos o tres minutos llegó- aquí tiene- dejó el banquillo en el piso, es gracioso ver cómo siempre quiere visualizarme con esos ojos curiosos, cuando se levantó y la luz le dio mejor, pude notar que tenía los ojos hinchados y grandes ojeras debajo sus ojos, no se parece a la acomodadora que vi la primera vez, se ve más... Demacrada.
- ¿Se siente bien?- pregunté un tanto preocupado.
- Si- respondió dando una pequeña sonrisa.
- No se ve bien- me acerqué más a ella, claro, sin que me pudiese ver.
- Le aseguro que estoy bien solo... Falta de sueño- contestó retirando un mechón de cabello.
- Ya veo- tomé de nuevo distancia prudente.
- Con permiso- se retiró.
- Propio- susurré.

Narra Dariana:
La ópera concluyó, ¡Gracias a Dios!,
A medida que la función llegaba a su fin yo sentía que mi cuerpo llegaba a su fin.
Solo quiero llegar a mi cuarto y dormir, pasé de nuevo a cada una de las butacas y palcos para ver si me habían dejado propina y si era así recogerlo, me sorprendí como siempre al pasar al palco número 5 y ver que me había dejado 10 francos, pero no solo eso... Había una nota.

Su gracia y sofisticación no puede ser opacada por falta de sueño, le deseo un profundo descanso.
F.O.

Bueno... Eso sí no lo esperaba, ¡Hoy fue un día lleno de sorpresas!, Con una pequeña sonrisa guardé la nota y los diez francos en la pequeña bolsita del mantel, me despedí de Gina y estaba a punto de irme, justo a la salida en un pasillo a la izquierda una columna ocultaba a un hombre de facciones desesperadas, nada más y nada menos que el Vizconde recargado en la pared de un pasillo y la verdad no se veía muy bien.
- ¿Se encuentra bien monsieur?- pregunté acercándome él.
- Si claro es solo que... Algunos problemas- respondió con una sonrisa.
- ¿Es algún problema en el que le pueda ayudar?- pregunté, de todos modos es mi trabajo.
- No, pero gracias- me dio otra sonrisa.
- Bueno si es así, que tenga una linda noche- caminé hacia la salida.
- Bueno ahora que lo dice...- habló de nuevo provocando que voltease.
- ¿Si?.
Se quedó callado unos segundos y después continúo.
- Dígame algo ¿Le gustaría ganarse una fuerte suma de dinero?- al instante se ganó toda mi atención.
- Le escucho- hablé sin titubear, ¡Dinero era lo que necesitaba ahora!.
- Digamos que... Necesito que, antes que nada quiero hacerle saber que estoy desesperado y...- su voz denotaba nerviosismo.
- Por favor hable- intenté darle seguridad.
- Necesito que... Desvíe la atención de alguien.
- ¿Desviar la atención?.
- Seré más explícito, necesito que seduzca a una persona- ¡Un momento!.
- ¿Disculpe?- ¿Escuché mal?, Nunca me lo imaginé del Vizconde de Chagny.
- No quiero imaginar la confusión por la que debe de estar pasando ahora, pero... La paga será buena- eso me recordó que me urge el dinero.
- ¿Y quién es él sujeto?- cuestioné intentando calmarme.
- El fantasma de la ópera, o el ángel de la música- ¿¡Este hombre se ha vuelto loco!?.
- Si me está tomando el pelo- reí.
- No para nada, jamás lo haría, pero de verdad necesito su ayuda- vi la desesperación en sus ojos, la misma desesperación que tengo yo a cada que el doctor me dice que los medicamentos de mi madre deben de ser surtidos.
- Explíqueme por favor- pedí queriendo o tratando comprender esto.
- Mire Mademioselle seré claro, este "fantasma" no es más que un acosador, un hombre deforme que se oculta en las profundidades de esta ópera pero... Se ha obsesionado con mi... Con la señorita Daee, ella y yo somos amigos desde la infancia y me pidió ayuda urgentemente, la verdad no sé qué más hacer, usted puede imaginarse que dirían de mí si voy a la policía y digo que un hombre fantasmal...
- Lo tomarían por loco- contesté automáticamente.
- Exacto, por ello necesito de su ayuda, solo será por poco tiempo, desvíe su atención, para que yo me pueda llevar a Christine Daee de aquí y luego le pagaré y si usted quiere puedo hacer que se la lleven de París, así no correrá ningún riesgo- explicó en voz baja, a simple vista parece sencillo, pero, no lo sé.
- ¿De cuánto dinero hablamos?- lo sé, interesada, ¡Claro no me iba a arriesgar por nada!, Porque según me explica el hombre es peligroso, aún no me creo que el hombre que me dejó la nota hace nada, sea capaz de estas cosas, pero si algo sé es que las apariencias engañan.
- Usted dígame la cantidad.
- 500,000 francos- solté sin más, después reconsideré- lo sé es mucho dinero pero...
- Trato hecho, ¿Qué me dice?- abrí los ojos sorprendidos, no pensé que fuera tan sencillo.
En mi mente había muchas dudas y temores, pero él rondaba mi mente como la luz al final del túnel.
- Acepto.

                       

Dolce TentazioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora