Epilogo

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Lucian condujo el pequeño cochecito por el enorme jardín de la mansión, mientras le daba un pequeño paseo a su hija vio a su mujer detrás de las ventanas de la cocina compartiendo algunas recetas junto a su madre. Sonrió al saber que había sido una buena elección que sus padres regresaran de África para quedarse de madera definitiva en Seattle.

- Aquí estas – dijo su hermano mientras tocaba su hombro-. Elaine duerme profundamente – sonrió Dante.

- ¿Cómo estás tú? – pregunto Lucian mientras la mirada de dante se dirigía hasta sus pies.

- No sé cómo decirle aun.... – dijo él mientras limpiaba una lágrima de su rostro-. Ni siquiera sé cuándo despierte.

Lucian se lamentó de la situación de su hermano, jamás lo había visto tan vulnerable como cunado le explicaron la situación de su esposa.

- Hiciste lo que estuvo en tus manos – lo consolo lucian.

- Perdí a mi hija y mi esposa está en una sala lejos de mí, ¿se siente realmente así estar solo?

- No estás solo, nos tienes a nosotros y a Sara... ella despertara.

- ¿Cómo lo sabes? – enarco una ceja-. Ni yo mismo lo sé.

Lucian apretó sus labios no tenía palabras para decirle a su hermano de que todo estaría bien, sería un mentiroso si le daba esperanzas. Dante se alejó de allí y amino unos cuantos pasos hasta que pudo estar solo. Se detuvo en el lago y vio su rostro reflejado en el agua. Su mente evoco el recuerdo de hace un mes.

- Dice, ¿que ha nacido? – pregunto al médico.

- Esta por ahora en una incubadora, su esposa está en la UCI siendo atendida.

Tomo sus cabellos entre sus dedos nunca imagino que el parto se adelantara de una forma como esta.

- ¿Puedo verlas?

- Su esposa no puede recibir visitas y la bebé nació muy pequeña, apenas ha cumplido siete meses, es probable que..

- Por favor sea lo más claro posible, no importa que tan horrible sea lo que tenga que decir.

- Es probable que no sobreviva más de tres días.

- Eso imposible, Sara tiene que verla.

- Señor Novicov entiendo su condición, pero ingresar a la bebé a la UCI seria complicarlo todo, entiéndame es protocolo del hospital.

- Lo sé – quito las lágrimas de su rostro--. Ha dicho que no puedo ver a mi esposa, pero.. ¿puedo ver a mi hija?

- Claro que sí.

El medico lo condujo hasta la sala de recién nacidos, la bebé era la más pequeña de todos allí, aun así, era preciosa, sus cabellos no eran rubios como los de él, eras oscuros como los de Sara y su cara era rosada como si fuese besada por las rosas. Para Dante su hija era en ese momento el ser más especial sobre la tierra.

- Hola princesa – dijo él mientras colocaba su mano a través del vidrio que los separaba-. Soy papá.

La bebé apenas podía moverse, su peso era poco y había nacido con serios problemas en los pulmones ya que no se habían desarrollado de manera completa.

- Señor Novicov, necesito que firme esto – le dijo el médico-. Es el oficio en el cual usted está de acuerdo en lo que le he mencionado acerca de la vida de su hija, en estos casos los padres son quienes deciden.

- ¿No hay una... una solución que pueda cambiarlo todo.

- Aunque la hubiese... su hija no crecería como un niño normal, si sobreviviese los dos días siguientes, no llegaría ni a año de vida.

Sangre RusaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang