• Capitulo 01 •

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Allí estaba él, tirado sobre el cemento. No tenías corazón para dejarlo valerse por sí mismo en ese estado, mucho menos dejarle a su suerte. No te ibas a quedar de brazos cruzados...

Llegabas al barrio más escandaloso de Manhattan, justo el que te tocaba vivir por los siguientes dos años

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Llegabas al barrio más escandaloso de Manhattan, justo el que te tocaba vivir por los siguientes dos años. Recorriste la misma ruta decenas de veces. No era tu favorito.

Podría decirse que te enfermaban las calles mal iluminadas junto a callejones estrechos, todos ellos bajo el control de los Dragones Púrpura. De izquierda a derecha, las etiquetas de la pandilla marcaban los edificios de ladrillo y puertas. Algunas esquinas tenían un mini bar. Frente tu camino te encontraste con uno familiar, personas mayores estaban disfrutando de los cigarrillos. Trataste ignorar las dagas que te seguían de sus ojos clavándose en tu cuerpo.

Unas pocas cuadras más y llegarías al final del territorio bandolero para luego bajar por los escalones de tu apartamento en el sótano. Te era ventajoso el lugar de residencia por el precio barato que tenía el sótano, viviendo al lado de la acción. Aunque te daba igual vivir bajo tierra, sin vistas de la ciudad.

Además con el dinero que ahorrabas te alcanzaba para actualizar las comodidades adaptándolas a tu gusto. Maldices bajo por perderte en tus pensamientos, no habías llegado a casa aún por lo que había de estar atentos.

Un callejón a tu derecha, te había llamado la atención. Llega un profundo gruñido y un jadeo húmedo. Tu cuerpo se congela. Apretas tus dientes debatiendo en luchar y huir a casa. Tu corazón late violentamente mientras vas considerando tus opciones.
Tienes en claro que puedes seguir tu camino actuando como si nada ha pasado, todavía puedes ver tu hogar desde donde estabas parada. Puedes correr hasta allá, esconderte a puerta con seguro e intentar olvidarlo todo hasta que escuchaste otro jadeo, esta vez de la lucha de alguien por una enfermedad o lesión.

No puedes ser egoísta de esa manera y reaccionas tomando en cuenta tu entrenamiento médico de 3 años de carrera y 2 de bachiller.

Tomando una respiración profunda y con tu mano sosteniendo la lata de spray de pimienta, comienzas a bajar por el callejón. Cada centímetro que avanzabas era una precaución consiente. Estas preparada para correr ante cualquier evidencia de peligro, por suerte hasta ahora no había ninguno. 

La tos húmeda que resonaba en las paredes te recuerdan  las respiraciones finales de tu padre hace tantos años, y el pensamiento de otra persona que yacía dolorida en el pavimento tira de tu corazón y te incentiva a acercarte a investigar. 

Te arrastras a lo largo de la pared del callejón, te acercas a un contenedor desbordado con extrema precaución apretando con mas fuerza el spray entre tus manos y sacas el teléfono para alumbrarte. Tus pies dan un paso, luego otro. 

Tu cabeza te da vueltas y vuelvas imaginándote lo que te podrías encontrar. Si era uno de los pandilleros Dragón, esperas que estén heridos para sonreír y dejarlos pudrirse en la calle. pero si no lo es, si es una victima de ellos, entonces temías lo que encontrarías entre las enormes bolsas de basura.

Maybe Later •Raphael x Reader• 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora