Capítulo 5

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Amelia POV

Cuando llegué a casa no podía quitarme la sonrisa de la cara. Cogí la guitarra y continué perfeccionando la canción que había escrito nada más conocer a Luisita. Me dieron las 2 de la mañana y estaba agotada. Hacía mucho tiempo que no sentía tantas cosas dentro. Por fin la música estaba fluyendo.

Me acosté en la cama después de haberme dado un buen baño y me dormí pensando en la cara de Luisita mientras cantaba la canción de mi amigo Bruno "just the way you are".

Cuando me desperté cambié mi rutina de ir al Retiro a buscar un poco de inspiración con la guitarra por salir a correr para despejarme un poco. No quería pensar de más en Luisita, ya que solo era una chica que acababa de conocer. Eso me hizo pensar un poco sobre mi salida del armario que, de hecho, coincidió con la composición de mi segundo disco. Empezaba a tener pensamientos distintos con una amiga de clase y un día ella me besó. Con ella no pasó nada más, pero me abrió todo un abanico de dudas. Lo hablé con mi hermana claro, y me confesó que estaba saliendo desde hacía unas semanas con su mejor amiga, así que desde entonces en mi casa se ha hablado con total normalidad sobre nuestra sexualidad. Nuestros padres viajaban mucho por trabajo, también se dedican a la música pero en este caso tenían una discográfica. No tuvimos prisa por contárselo, pero no fue ningún drama ni mucho menos, al fin y al cabo ellos estaban acostumbrados a ver de todo en Los Ángeles.

Llegué a casa y empecé a escuchar algunas canciones españolas. Hacía tanto que no vivía en España que no me sabía casi ninguna. Además, tenía que empezar a pensar qué canciones  iba a tocar esa noche en el King's.

Me duché y me puse unos vaqueros con un agujero en la rodilla derecha, una camiseta de tirantes blanca y un jersey encima, y a unos botines marrones. Iba a intentar que mi look fuera muy diferente a cuando actuaba en uno de mis concierto.

Llegué a las 8 en punto al bar y allí estaba Luisita, María y otro camarero que no conocía, pero que debía de ser Miguel. Me acerqué a saludar primero a María, que la tenía más cerca. Me dijo que prepara todo como si fuera mi propia casa y que cualquier cosa que necesitara que se la pidiera a Luisita, a lo que asentí sonriendo.

-Hola guapa. - Le dije a Luisita con una sonrisa.

-Hola, qué bien que ya estés aquí. - Me dijo devolviéndome la sonrisa.

-Voy a preparar las cosas y a hacer algunas pruebas de sonido, ¿vale?

-Claro, cualquier cosa que necesites dímelo. María te podrá ayudar, pero al fin y al cabo soy yo la que ordena las cosas y siempre las estoy moviendo de sitio, cosa que a ella le pone negra.

-Gracias, - reí -  lo tendré en cuenta. - Y me fui al escenario a prepararlo todo.

En 10 minutos lo tenía todo arreglado y me empecé a dar cuenta de la cantidad de gente que iba entrando al bar. Solamente espero que esto salga bien y nadie me descubra.

Los tres camareros estaban ocupados atendiendo a todos los clientes que no paraban de entrar, pero notaba cómo Luisita estaba pendiente de mí con la mirada por si necesitaba algo. Eso me dio mucha confianza para seguir con el concierto.

Al acabar me sentí viva. La música era mi vida y poder compartirla con el público era algo que me hacía extremadamente feliz. Cuando bajé del escenario, Luisita me había preparado un aperitivo y algo de beber en una de las mesas del reservado. Poco a poco la gente empezó a marcharse. Yo me quedé hablando con mi hermana por whatsapp sobre todo lo que había vuelto a sentir arriba del escenario cuando una voz me sacó de la conversación.

-Ha sido una de las mejores actuaciones que he visto en mi vida.

Luisita estaba delante de mí mirándome con esos ojos marrones tan bonitos y una sonrisa enorme en la cara. Miré a nuestro alrededor y solamente quedaban unas tres personas.

-Gracias. - Me sonrojé. - ¿Qué hora es? Se me ha ido el santo al cielo hablando por whatsapp.

-Son las 11. Como la gente ya se está yendo, no tardaremos en cerrar.

-Oh claro, claro. Ya me voy. - Dije rápidamente.

-No, no venía a echarte. - Dijo animadamente. - ¿Te apetece algo más de tomar?

-De hecho, lo que me pasa es que me muero de hambre. ¿Crees que hay algo abierto a estas horas?

-Hmm déjame pensar... María, ¿sabes si el Asturiano sigue abierto?- . Levantó la voz y preguntó a su hermana.

-Sí, acabo de sacar la basura y había bastante gente.

-Pues sí, conozco uno de los mejores restaurantes de la ciudad. - Me contestó.

-Uh genial. Y... ¿te apetecería venir a comer algo conmigo? - pregunté con algo de timidez. - Parece que lo conoces bien y llevo tanto tiempo sin vivir aquí que no sabría qué elegir...

-Hmmm, sí. Suena estupendo. - Me dijo un poco sonrojada. - Déjame arreglar unas cosas antes y vamos. - Parece que la pregunta le pilló por sorpresa, pero como dijo que sí, solamente pensaba en disfrutar de la mejor compañía de Madrid.

-Sin problema, aquí te espero. - Le dije sonriendo.


Luisita POV

Durante todo el concierto de Amelia no pude quitarle los ojos de encima. Conocía la mayoría de las canciones que cantó y noté cómo buscaba mi mirada entre la oscuridad y los clientes del bar en algunas canciones.

Cuando acabó, le había preparado algo para que repusiera fuerzas y se quedó allí inmersa en una aparente muy interesante conversación con alguien. Admito que tenía ganas de saber con quién hablaba tan animadamente, pero me limité a centrarme en los clientes sedientos.

Cuando el bar empezaba a tranquilizarse y los clientes a irse, revisé mi móvil. Tenía un mensaje de Pablo:

Avísame cuando vayas a cerrar el bar y paso a por ti. No me creo que por fin me hayas dicho que sí a una cita.

-Oh vaya, un mensaje de Pablo, - dijo con ironía. -¿Le vas a decir que no quieres nada con él? - María justo estaba a mi lado y había leído de quién era el mensaje.

-Pues no lista, mira. Hemos quedado en una CITA esta noche los DOS SOLOS. - Le contesté casi haciéndole burla como cuando éramos pequeñas.

-Vale, vale. Tú sabrás lo que haces, pero no te vas con él hasta que no friegues el charco de babas que has dejado por todo el bar mientras Amelia cantaba y te miraba. - Me dijo riéndose.

-Mira eh, mira. Es que te cogía y... ah! No sé qué te haría. - Lo que dejó a María riéndose más exageradamente.

Aproveché que María se fue a cobrarle a uno de los últimos clientes que quedaban y me acerqué a preguntarle a Amelia si necesitaba algo.

Y de pronto caí: "Oh mierda, he dicho que sí que iría a cenar con ella pero me tengo que inventar algo para Pablo".

Hey Pablo, perdoname, no voy a poder quedar contigo finalmente. Te la debo.

Me acerqué a María y le dije con la cara completamente roja:

-Mari... que... Amelia tiene mucha hambre y me ha preguntado si quería ir a cenar con ella al Asturiano y bueno, que he pensado que...

-Tira anda. Ya termino de recoger aquí todo con Miguel. Espero que dejar tirado de nuevo a Pablo te diga algo.

-Ay Maria, déjame con eso eh, que no tengo la cabeza para tus tonterías. Amelia está sola aquí en Madrid y vamos a que conozca el Asturiano. Si Pablo no lo quiere entender es problema suyo, no voy a estar aquí pendiente de un tío y dejando de hacer mi vida así porque sí, que no estamos en los años 70.

-Bueno, lo que tú digas. Pásalo bien y dale un beso a papá. Dile que mañana me paso a verle.

Le di un beso súper sonoro en la mejilla que tanto odiaba y fui a la mesa donde estaba Amelia.

-Bueno, todo arreglado. ¿Vamos?

-Sure!

La cantante y su musa || LUIMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora