PRISIONEROS (emiliaco) [TERMINADA]

CAPÍTULO 39

Joaquín

Me encontraba caminando por el pasillo que daba al lugar de visitas, mis manos sudaban tan ridículamente por los nervios, al final ya no le pregunté nada a Emilio sobre sus padres.
Sonreí a mitad de pasillo, mi garganta aún dolia un poco por lo que hice en aquel baño pero no fue precisamente eso lo que recordé...

Flashback

—joaco yo,,, es que yo...— note como inmediatamente Emilio se puso rojo cuando le propuse hacerle el amor, la verdad se veía muy tierno pero también pude notar la batalla mental que tenía en estos momentos y lo que menos quería era presionarlo.

—amor ey,,, está bien no pasa nada— sostuve su rostro con mis dos manos le di un tierno beso y después lo abracé, quería que se sintiera tranquilo conmigo.

—Joaquín...si quiero— dijo de repente. Yo me separé para verlo a los ojos.

—¿que dices?—

—que si quiero...quiero que me hagas el amor— ahora fue mi turno de sonrojarme, no esperaba algo tan directo.

—estas seguro? Por que no quiero que tu...— me interrumpió con un beso, pero que beso...cuando reaccioné ya estaba pegado a la pared siendo castigado con los dulces besos que Emilio repartía en mi cuello y pecho.

—dios Joaquín, te deseo tanto...— sonreí. Mi pene ya no podía más, sentía que en cualquier momento podía correrme y no quería eso,,,aún.

No me di cuenta en que momento habíamos cerrado la regadera así que la volví a abrir, el agua parecía evaporarse al caer en nuestros cuerpos por lo calientes que estábamos y no era para menos. Emilio ya tenía una nueva erección y yo me sentía desfallecer, no entendía como era que estaba aguantando tanto.

—Joaquín por favor cogeme— su voz estaba tan agitada, el juego de caricias y besos nos tenían tan mal.
Su súplica me hizo enloquecer, sabia que me iba arrepentir después por haber sido tan torpe en su primera vez pero no me pude controlar.

Lo besé lo más apasionado que pude para después voltearlo haciendo que su pecho pegue en la fria pared y su trasero quede a mi merced.
Escuche como rió cuando hice que bajara un poco su pecho y abriera sus piernas, eso fue luz verde para mi.
No ocupe lubricante para prepararlo el agua fue de gran ayuda.

—ahh,,dios Joaquín! — tenía tres dedos en el y ya no era suficiente así que era hora de cambiarlos.

—amor, si sientes que no aguantas solo dime y me detendré ok?— la punta esta casi en su entrada, lo necesitaba ya.

—dios! Gracias por cuidarme amor pero por favor no me tortures más, te necesito —

La metí. Escuche como soltó un gemido algo fuerte así que me quedé quieto hasta que se acostumbrará o me dijera que parara. Unos segundos después el se empezó a mover, quería más.
Sostuve sus caderas me movía despacio para no lastimarlo, estaba muy estrecho se sentía muy bien. Las estocadas fueron aumentando, se escuchaban gemidos de ambos por todo el baño, no dudo que se hubiesen escuchado por el pasillo también aunque en ese momento era lo que menos me importaba.

—uhmm,,ooh si, oh siii...te,, uhmm, te mueves muy bien — su voz estaba tan distinta, estaba muy excitado al igual que yo.