Sakeda...

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Sin saber qué hacer, puedo sentir como algo empieza a controlar mi cuerpo, sin yo poder hacer nada, me convierto en una simple espectadora.

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La chica, que ya para ese momento había dejado de ser la tierna y dulce Lazari, se giró en su "Hungry form" haciéndole frente al inesperado visitante, el cual era Sakeda, un chico con una sonrisa socarrona que nunca abandonaba su rostro, estaba todo lleno de sangre y en su mano derecha tenía un cuchillo. Tenía el cabello castaño y los ojos esmeraldas los cuales parecían dos piedras preciosas.

Sin quitar su mirada arrogante de su rostro ni por un segundo se llevó un dedo a sus labios, para que guardara silencio.

Sin quitar su mirada arrogante de su rostro ni por un segundo se llevó un dedo a sus labios, para que guardara silencio

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LazariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora