La chica...

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Abro mis ojos lentamente con un fuerte dolor de cabeza, escucho como Zacharias me susurra algo en mi mente.

- Lazari, me alegro que hayas despertado - dice con un tono de alivio en su voz - tenemos que encontrar la forma de huir

Mi cerebro aún confundido no entiende las palabras de Zacharias hasta que intenté llevarme una mano a mi cara pero no pude, dirijo mi mirada a mis manos y noté que estaban atadas a una silla igual que mis piernas.

Veo a mi alrededor y noto que estoy en un sótano lleno de instrumentos y herramientas extrañas, un hedor a carne podrida me hace arrugar la nariz, al voltear la mirada hacia uno de los rincones del sótano veo un cuerpo muy conocido, pero solo queda el que antes había sido el hermoso rostro de mi madre y su torso, ya que le habían mutilado todas las extremidades, y le habían cocido los labios.

Lágrimas de desesperación y de rabia corrían por mis mejillas, y podía sentir como Zacharias se movía inquieto pidiéndome que lo dejara al mando, pero no lo dejé, si me tenía que enfrentar al asesino de mi madre quería hacerlo sufrir a mi manera.

A los minutos de tomar esa decisión veo como la silueta de una chica con una capucha roja que le cubre todo el rostro se acerca lentamente.

Cuando está frente a mí se quita un poco la capucha dejando ver sus ojos rojos y su cabello blanco.

Cuando está frente a mí se quita un poco la capucha dejando ver sus ojos rojos y su cabello blanco

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LazariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora