cuarenta y cuatro

293 22 0
                                    

-Veréis...

-Un momento, antes de que cuentes el final, ¿cómo empezó Lauren a molestarte?- pregunté.

-¡Eso!¡Eso! ¡Qué vais a contar el final de la historia sin haber contado el principio!- secundó Miriam.

-La verdad es que es bastante simple, el primer día de clase cuando los profesores pasaban lista y me llamaban por mi primer nombre- comenzó a explicar Camila.

-Karla- dijo Lauren ganándose una mirada amenazadora por parte de su novia.

-Sí, Karla, cuando me llamaban así, les decía que prefería que me llamasen Camila, así pues mi querida novia comenzó a llamarme Karla para molestarme.

Flashback

El instituto había terminado. Primero de Bachillerato solamente tenía un sinónimo: montaña rusa. Comenzó con una chica muy molesta y acabó con una chica de la que estaba enamorada. En el trascurso de una chica a otra, esa chica me había apoyado un montón, tanto en las crisis existenciales que tenía debido a mi orientación sexual, como en aquellas que tenía antes de un examen. 

En este momento sabía que estaba enamorada de ella, lo cual me había costado bastante admitirme a mí misma. Todavía no me había atrevido a expresarlo en alto, ni siquiera se lo había dicho a Lauren, pero estaba dispuesta a hacerlo cuando surgiese la ocasión. No había sido fácil pasar de ser "hetero" a confirmar que estaba enamorada de una chica, no solo por el miedo a la reacción de la sociedad, sino también por el millón de preguntas que me acribillaron la mente durante este curso. 

Estábamos a finales de verano, en nada comenzaríamos el que sería nuestro último año de instituto. Personalmente, esperaba que no fuese tan movido como Primero. 

Me encontraba en la piscina con Lauren.

-Camz, ponte crema que te vas a convertir en un cangrejo- dijo.

-Échamela tú- dije pícara, últimamente me había vuelto más atrevida a la hora de coquetear con ella en público. Suponía que era porque gracias a su apoyo, había conseguido irme soltando.

-Vale Karla- contestó Lauren guiñándome un ojo. ¡Maldita ojiverde!- ¡Te vas a enterar! 

-¡Tranquila fiera! 

-Te voy a pegar- dije mirándola de forma amenazante.

-Vale, vale, Camila- dijo marcando el "Camila"- Verás, tengo que echarle crema a una chica que se parece a mi novia así que agradecería si se tumbase para poder hacerlo.

-¿A sí? Pues ten por seguro que yo nunca saldría contigo.

-¿Y quién a dicho que fueses tú?

-Nadie, pero yo ya tengo a alguien en mi vida y no pienso cambiarla por nada del mundo- dije sonriendo.

-¿Por nada?

-Absolutamente nada.

-¿Ni siquiera por una sexy ojiverde?- preguntó guiñándome un ojo.

-No veo ninguna ojiverde sexy.

-¿Seguro?- preguntó mientras se acercaba sensualmente hacia mí y dejaba su rostro a centímetros del mío.

-Seguro- contesté antes de darle un beso. Así, en medio de una piscina petada de gente. Al principio se quedó bastante sorprendida porque nunca antes le había dado un beso en público, pero luego me lo devolvió haciendo que nadie más importase en ese momento.

What about usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora