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CRAIG Y SU CORAZÓN ROTO

Se necesitaron de cuatro profesores para separar a Tweek, Kenny y Stan.

Todos los estudiantes curiosos en los pasillos que habían salido a ver fueron enviados de vuelta a las aulas, y a dos de los implicados en la pelea se les llevó directamente a dirección.

El único que no hizo nada fue Craig; no se movió ni un centímetro de donde estaba parado. Vio cómo se llevaban a Stan y a Kenny. Vio cómo trataban de calmar a Tweek, quien al ya no tener cerca a los chicos, estaba pasando de estar violento a abrumado, y era el más iracundo de todos.

Craig vio todo eso.

A su vez, tanto Tweek como el profesor y la profesora que procuraban contenerlo le miraron, agazapado contra los casilleros, en silencio y con la mirada incrédula.

Los dos maestros dejaron de sostener a Tweek por los hombros, ya que el rubio estaba notablemente más tranquilo. Se miraron entre sí, preguntándose si habían percibido lo mismo en las feromonas del Omega. Sólo detectaban a Craig en el ambiente, pero de alguna manera comprendían que el mensaje de su aroma se dirigía al rubio.

Los profesores, viéndose una vez más, decidieron escoltar a los dos chicos a la oficina del consejero Mackey.
Él, junto a la psicóloga de la escuela, Strong Woman, podrían entender lo que pasaba en verdad.

Tenían sospechas, pero únicamente un análisis completo de la situación podía determinar si aquellos dos niños eran destinados.

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—No se muevan de aquí. La señorita Strong fue por sus expedientes, y el señor Mackey los recibirá en un momento.

Los dos profesores, sin estar completamente convencidos en irse o no, terminaron por dejar a la pareja de chicos sentados en las sillas fuera de la oficina de Mackey.

La tensión entre los dos jóvenes era fuerte, y hacía que incluso dos Alfas adultos quisieran tomar distancia de ellos.

Al verse finalmente a solas con Craig, Tweek trató de explicarle de algún modo lo sucedido. Sería difícil pero debía  hacerlo.

Sin embargo la forma en que Craig retrocedió al ver cómo Tweek acercaba su brazo hacia él, casi fusionándose con el respaldo de su silla, lo detuvo.

Tweek sintió que algo se le rompía en el interior. Lo estaban rechazando.

—Tú... Me mentiste.

El rubio quiso decir algo en su defensa, pero en lugar de eso un par de lágrimas lo traicionaron, bajando por sus mejillas cubiertas de polvo. No podía ni mirar a los ojos de Craig. Estaba avergonzado.

Podía sentir su propio aspecto; lleno de golpes, con el cabello alborotado, la ropa desordenada y la sangre seca en su piel... Le parecía repugnante. Tweek sentía náuseas, auténtico asco de sí mismo. Sus instintos lo hacían así y por mucho que trató no había podido mantener el control.

— ¡Me mentiste!

Tweek se estremeció. Craig había alzado la voz, penetrando en lo más profundo de su ser. Lo estaba acusando, y era verdad. Era un mentiroso de lo peor.

— ¡Eres un Alfa! ¡Yo te creí y...!

Tweek no podía controlarse. Sus temblores y lloriqueo lo hacían sentir estúpido, pero no podía detenerlos. Craig por su parte estaba indignado, confundido y asustado, sin saber cómo completar sus frases para que tuvieran sentido. El chico detestaba cuando las cosas no tenían lógica; cosas como todo lo que estaba sintiendo en esos momentos.

Más que un Omega. [CREEK FANFIC]Where stories live. Discover now