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-¿Crees que se ha vuelto loco?-Pregunta Gulf mientras observa a Gxxod

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-¿Crees que se ha vuelto loco?-Pregunta Gulf mientras observa a Gxxod.

-Estoy seguro que pronto se le pasará, solo es la primera etapa que está atravesando debido a que no tiene cerca a su destinado-Explica Mew.

-Ha destruido todo lo que encuentra a su paso, deberíamos hacer algo para tranquilizarlo-Exclamo Gulf frustrado.

-Lo único que podrá tranquilizarlo es tener a su destinado con el-Volvio a explicar Mew.

Gxxod había destruido varias habitaciones del castillo después de haber dejado al pequeño Bass con el omega y su hermano. Su bestia interior se encontraba desconsolada, necesitaba tener al pulgoso cerca para sentirse pleno y completo. Un vacío se hacia presente en su interior, torturandolo cada maldito segundo.

Sin tener otra opción decidió volver al clan Luna Azul debía asegurarse que el pequeño pulgoso estuviera bien.

Al cabo de algunas horas se encontraba en los territorios de Luna Azul. Trató de pasar desapercibido, no deseaba que nadie se percatara de su presencia, por esa razón decidió ocultar su olor.

Se dirigió sigilosamente hacia la habitación que le habían asignado al omega. Sabia perfectamente que el pequeño pulgoso compartía la habitación con su padre.

Observo con atención dentro de la habitación. Cuando se aseguró que nadie se encontraba cerca, se adentró dentro de la habitación.

Un dulce aroma invadió sus fosas nasales. Sintió una tranquilidad enorme al percatarse de que el pulgoso se encontraba en la habitación. Se acercó lentamente en dirección a la cuna. Unos enormes ojos negros lo observaban con una gran sonrisa.

Una sonrisa se instaló inmediatamente en el rostro del vampiro. Acaricio lentamente el rostro del pequeño bebé.

-Te extrañé pequeño pulgoso-Susurro Gxxod.

La risita que soltó el pequeño bebé fueron música para sus oídos, era la melodía más hermosa que jamás había escuchado en su vida, hasta este mágico momento, porque así lo sentía el vampiro.

Unos pasos se empezaron a hacer presentes y el vampiro rápidamente se ocultó detrás de las enormes cortinas.

El omega se hizo presente en la habitación, se dirigió lentamente en dirección hacia el pequeño bebé.

-¿Como te encuentras mi pequeño Bassito?-Pregunto con dulzura.

El omega sabia perfectamente que no recibiría respuesta por parte del pequeño pero no podía evitar preguntarle siempre lo mismo.

-Eres el bebé más precioso del mundo mi pequeño-Exclamo tomándolo entre sus brazos para luego llenarle la cara de muchos besos.

EL OMEGA RECHAZADO Where stories live. Discover now