Viviendo en el mundo de Harry Potter

Celos

Habían pasado varios días desde la vuelta a Hogwarts y decidí que era buen momento para volver a las clases de Oclumancia, a pesar de que el profesor Snape no las había mencionado en ningún momento.

Decidida, me dirigí a su despacho tras la cena con la esperanza de que estuviese dentro y aceptase volver a darme clase.

— ¿Profesor Snape?—Llamé frente a su puerta tras llevar varios minutos golpeándola sin recibir ninguna respuesta.

— ¿Qué haces aquí Bloom?

—Astoria, ¿por casualidad no sabrás donde está el profesor Snape?

— ¿Para qué le buscas?

—Necesito hablar con él sobre unos temas de clase—Contesté sin entrar en muchos detalles.

— ¿No es un poco tarde para eso? Queda poco para el toque de queda—Su tono de voz denotaba lo poco que me creía.

— ¿Y tú? ¿Para qué has salido de tu Sala Común tan tarde?

—También quería hablar con el profesor Snape—Contestó pasando su mirada a la puerta cerrada frente a nosotras.

—Ya, pues creo que ninguna de las dos va a poder así que me voy.

—Bloom—Me llamó pocos segundos después haciendo que detuviese mi paso.

— ¿Sí?

—He oído que Draco no volvió a su casa en Navidad.

—No y no creo que vaya a volver en un largo tiempo—Contesté recordando el regalo que le había hecho Sirius—Aunque, por si te interesa, le gustó mucho un libro que recibió sin remitente.

Nadie sabía de donde procedía el regalo y, al igual que con las cartas de Theo, fue objeto de rechazo desde el principio. Durante el día habíamos hablado sobre quién podía ser el remitente, sacando varias posibilidades, entre ellas, Astoria.

A riesgo de fallar, decidí comentarlo pues, si el regalo no era de ella, al menos podría descartarla. Comprobé que no me había equivocado cuando las mejillas de Astoria empezaron a sonrojarse, obligándola a apartar la mirada.

—Si tanto te preocupa Draco, ¿por qué te alejas de él?—Pregunté confusa por su actitud.

—Tú no lo entiendes. No se trata de revelarte y vivir la vida, no es tan sencillo. Lo que Draco y Theo han hecho ha sido imprudente. Quizás ahora todo esté tranquilo, pero esto nos va a afectar a todos y no va a ser agradable cuando eso ocurra.

— ¿De qué hablas?

— ¿Qué hacéis aquí?

Draco apareció en el pasillo, seguido de Pansy. Ambos tenían expresiones enfadadas y ese enfado se reflejó en el tono de voz de Draco.

—Estábamos buscando al profesor Snape—Contesté, aunque en mi mente seguía dándole vueltas a las palabras de Astoria.

—La hora de queda ya ha pasado. Esto te va a costar puntos Bloom—A Pansy, a pesar del enfado, se le iluminó el rostro con una sonrisa.

—Por esta vez lo dejaremos pasar pero que sea la última—Draco hizo caso omiso a las palabras de Pansy, haciendo que se le borrase la sonrisa.

—Malfoy...

—Vamos, te acompaño a tu Sala Común—De nuevo, Draco hizo oídos sordos a la voz de Pansy. La forma tan natural que tenía para ignorarla hizo que ambas compañeras de casa se le quedasen mirando, una por el enfado de ser ignorada mientras que la otra parecía sorprendida y molesta a partes iguales.

— ¿Qué hacías en el pasillo con Astoria?—Me preguntó Draco una vez nos alejamos de ambas Slytherin.

—Ya te lo he dicho, quería hablar con el profesor Snape pero no estaba. Cuando me iba a aparecido Astoria, por lo visto también quería hablar con él.

— ¿Te ha hecho algo?

—No. Estoy de una pieza, ¿ves?—Contesté andando frente a él y dando una vuelta sobre mi misma.

—No tiene por qué haber sido algo físico.

—Hablas como si Astoria fuese a matarme ante la mínima oportunidad. No creo que sea tan mala, creo que solo busca su propia seguridad.

—Pues hay formas mejores de auto protegerse. Por cierto, ¿qué ha sido el alboroto de esta mañana? Se está corriendo el tumor de que tienes un admirador secreto—A pesar de lo vergonzoso que era recordar los sucesos de la mañana, me resultaba graciosa la cara molesta que tenía Draco.

—Con tantos celos voy a empezar a pensar que te gusto—Contesté con voz risueña logrando que la molestia se acentuase en su rostro.

—No digas tonterías. Si tienes un admirador secreto haz lo que quieras pero piensa que puede ser alguien de Slytherin buscando humillarte.

—No es ningún admirador secreto, solo eran cartas de Cedric y de George y Fred pero mi compañera de cuarto puede ser muy exagerada a veces.

—No sabía que tenías contacto con ellos.

—Cedric fue el primer Hufflepuff que me ayudó, desde entonces se ha convertido en un buen amigo y George y Fred, bueno, ¿quién no querría estar en contacto con ellos?

— ¿George y Fred? ¿O solo George?—Aunque su voz sonaba con picardía, su rostro se mantuvo serio.

— ¿Por qué iba a ser solo George? Ambos son grandes amigos—Desvié la mirada incapaz de seguir viendo su rostro.

—Deberías dedicarle más horas a la Oclumancia. Y aprender a mentir tampoco te vendría mal.

— ¿Qué?—Pregunté confusa— ¿Me has leído la mente?

—Buenas noches Stella.

—Pero... ¡Espera!—Con rapidez recorrí los pocos pasos que Draco había dado hasta posarme frente a él— ¿Cómo está Theo? Esta mañana no tenía muy buena cara.

—Sus padres han tenido que huir del país. Por el momento van a dejar que termine aquí el curso pero nada es del todo seguro.

—Si quiere seguir aquí puede quedarse con nosotros durante las vacaciones. No creo que a Sirius le moleste.

—Esa es la primera opción que hemos descartado. Tanto Sirius como la familia Weasley están tomando demasiados riesgos solo por tenerme a mí, no sería justo para ellos arriesgarse de más acogiendo también a Theo.

— ¿Se sabe algo de Voldemort?—Pregunté viendo como a Draco le daba un escalofrío al oír el nombre.

—Quienes atacaron a los Nott eran Mortífagos, seguramente enviados por él. Supongo que todavía no tiene fuerza suficiente para hacer las cosas por sí mismo pero no tardará mucho en recuperarse—Negó ligeramente con la cabeza—. Ya habrá tiempo de centrarnos en él. Ahora céntrate en seguir mandándote cartitas con el Weasley.

Notando como el sonrojo se apoderaba de mi cara le di un ligero golpe en el brazo, alejándome hacia mi Sala Común mientras escuchaba sus pasos distanciándose también de mí.