Amor

1.3K 146 137
                                    

Los siguientes días estuvieron llenos de tensión en la casa. Draco y Sirius no se dirigían la palabra. Habíamos intentado hacer que hablasen hasta que Tonks nos hizo desistir. Por lo que nos había dicho, la testarudez era muy común en la familia Black y ellos dos parecían haberla heredado al completo.

A pesar de eso, Draco continuó con sus planes de traer a Theo y de destruir los Horrocruxes, siendo apoyado por los más jóvenes de la casa y cuestionado por los miembros de la Orden.

Tras la última reunión de la Orden, nos hicieron bajar al comedor para comentarnos lo que habían decidido. El único que hablaba era Remus, quien junto a Tonks parecían ser los que más convencidos estaban con el plan.

— Los vamos a vigilar. Mandaremos a varios equipos que se irán turnando a lo largo de los días. Si para dentro de una semana no hemos visto nada extraño, organizaremos una misión para llevarlos a un lugar seguro.

— ¿Y no podríais traerlos aquí? Al menos a Theo.

— Por el momento no. Esta casa es el único lugar seguro que tenemos. Debemos asegurarnos bien antes de traer a alguien.

— Pero no te preocupes por eso. Si todo sale bien volverás a tener a tu amigo antes de lo que piensas.

Remus y Tonks lograron que Draco se mostrase conforme con el plan, aunque de vez en cuando seguía insistiendo en poder tener algún tipo de contacto con su amigo.

— ¿Y qué pasa con los Horrocruxes? Entiendo que las misiones de protección son importantes pero si no hacemos algo con Voldemort no nos servirá de nada proteger a la gente —Cuestionó Harry una vez el tema de Theo estuvo relativamente solucionado.

— Estamos haciendo todo lo que podemos. La falta de información nos está complicando la tarea pero no tenéis que preocuparos por eso. Nosotros nos encargaremos de todo.

Harry y yo nos miramos. Ambos sabíamos que había una forma de encontrar información que, aunque no del todo precisa, podría servir de ayuda.

Cuando la conversación terminó, le explicamos nuestro plan a Hermione y Draco, los únicos que sabían la existencia del libro y que no dudarían en ayudarnos. En apenas unos minutos acordamos que Harry y yo buscaríamos la información mientras ellos se aseguraban de que nadie entrase en la habitación durante el proceso.

Poniéndonos en marcha, nos encerramos en la habitación de los chicos, siendo la única que se encontraba totalmente vacía. Pasamos toda la tarde leyendo, comprobando qué datos podrían haber cambiado y memorizando todo aquello que podía ser de utilidad.

Al terminar, nos tumbamos cada uno en una cama, no sin antes guardar el libro hasta que pudiese llevarlo de nuevo a su lugar seguro. Tras unos minutos en silencio, Harry habló manteniendo la voz baja que habíamos empleado toda la tarde para evitar ser oídos.

— Lo que dijiste, sobre que estás recuperando la memoria, ¿cómo... cómo es? Quiero decir, ¿notas algo cuando consigues recordar?

— La verdad es que no —Respondí tras pensarlo unos momentos—. Por lo general tengo que pensar específicamente en ello para saber que he recuperado algo. Es como si nunca hubiese desaparecido, como si el recuerdo siempre hubiese estado ahí pero yo no me había percatado. Hay veces, cuando habláis sobre algo pasado, que me doy cuenta de que sé sobre lo que estáis hablando y ahí es cuando me doy cuenta de que he recordado. ¿Por qué lo preguntas?

— No es por nada. Es solo que nunca conocí a nadie que perdiese la memoria por una maldición y me preocupaba que, no sé, pudiese resultarte doloroso el proceso.

En mi rostro se formó una sonrisa enternecida al notar la timidez que le daba a Harry admitir su preocupación por mi.

— Si no fuera porque estás saliendo con una de mis mejores amigas me plantearía seriamente el intentar tener algo contigo.

Viviendo en el mundo de Harry PotterWhere stories live. Discover now