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03 de junio del 2019.

“Llevamos semanas hablando sin parar, día y noche, nos vemos en el instituto, últimamente hemos comido junto en los recesos, nos juntamos a hacer los trabajos de matemáticas, duramos horas en llamadas.

Todo iba tan bien.

Conocí al nuevo Iam, al adolescente, aunque no había mucho diferencia con el pequeño que yo conocía. Su color favorito sigue siendo el amarillo, ahora toca la batería y la guitarra, toma clases de canto, le gusta leer thriller, ama a su perro Doberman llamado Bam, le gusta hacer ejercicio –se nota a leguas–, al igual que salir a correr, compone canciones, le gustan mucho los deportes, su comida favorita es la asiática y desea recorrer el mundo con una mochila.

Cuántas cosas un puede aprender de una persona en tan solo en unas semanas. Siento que me enamoré un poquito más de él.

Hasta que como todo en esta vida, la felicidad llega a su fin. Esta mañana estaba tan entusiasmada al ver un mensaje suyo dándome los buenos días como cada día y me pedía reunirnos en la salida del instituto.

Todo la mañana estuve ansiosa y sin poder atender a las clases, me llamaron la atención varias veces y logré disimular, si no, ya estaría en detención.

El caso es que a la hora de la salida, apenas sonó el timbre, salí corriendo más rápido que Flash y estuve esperándolo cerca de media hora. Ya no quedaba ningún estudiante alrededor y estaba tan decepcionada, aquel sentimiento de opresión en mi pecho que ya bien conocía me acompañó durante todo el día.

Cuando por fin me dignaba a irme, luego de haberle dejado mensajes preguntándole dónde estaba, lo encontré saliendo del edificio del instituto con un gesto de molestia en el rostro y acompañada de la pelinegra –a la cuál ya conozco el nombre gracias a qué lo escuché cuando pasaba junto a ella en el pasillo–, Rocío.

Pensé en levantar la mano y llamar tu atención, esperanzada en nuestro encuentro pero inevitablemente mi corazón se encongió de dolor.

Parecían estar discutiendo pero la chica, de un momento a otro, estaba encima de él, besándolo. Fue suficiente para mí. Solo recuerdo salir corriendo y ahora estoy aquí.

Plasmando mis penas en un pedazo de papel.”

Canción del capítulo:
Paper Hearts - Jungkook. (Sé que la canción es de otra artista pero no recuerdo de quién era, en fin que me gusta más esta versión, son libres de escuchar las que más le guste). ✨

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† Dato curioso †

“Siempre estás mirando tu nariz, solo que tu cerebro lo ignora.”

Nuestra estrella perdida | EN EDICIÓN | ©Where stories live. Discover now