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Rubén levantó la cabeza del cuaderno en el mostrador, hasta el sonido de la campanilla sobre la puerta, sus ojos se encuentran con los morados de uno de sus clientes.

- Hola. - murmura Samuel, caminando hasta pararse del otro lado del mostrador.

- Ah... hola. - responde el contrario, mirándolo también. - ¿Tu amigo ya no viene contigo hoy?

- No, él... - el mayor se encoge de hombros. - tenía que volver con su pareja...

Rubén no solía avergonzarse seguido, pero ahora estaba sucediendo, mientras su mente maquinaba las palabras que el otro chico había soltado, la sangre empezó a subir por su rostro hasta sus orejas. Se había puesto celoso por un chico que ni siquiera conocía, y que obviamente iba a tener amigos; ahora se sentía un completo imbécil.

- Y... - farfulla, bajando la mirada, para ocultar el color rosa en sus mejillas. - ¿qué te trae por aquí? ¿Más juguetes? ¿O comida? ¿Tal ve~?

- No, nada de eso. - interrumpe el mayor, apartando la mirada de los ojos mieles del contrario cuando este vuelve a mirarlo.

- Entonces... - Rubén se preguntó porque de pronto lucía tan nervioso, y azorado, de hecho le causaba una extraña sensación de ternura en el estómago verlo así.

Samuel, por su parte, estaba nervioso, ¿Luzu tendría razón? ¿En verdad debía hacerle caso? Se frotó las manos contra los vaqueros, tratando de tranquilizarse, luego miró nuevamente al menor.

- Tú... - se aclaró la garganta. - tú... ¿quisieras...? - Rubén notó lo que quería decir, y quiso interrumpirlo para que pareciera una escena de película, pero él también estaba tan nervioso que las palabras se le atoraban en la garganta. - ¿... salir conmigo?

- Ci. - la respuesta fue casi inmediata, y ambos chicos compartieron una risa tonta, demasiado avergonzados entre sí.

Vet // RubegettaWhere stories live. Discover now