especial 1 año

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Por un momento, casi menos que un instante, despertaba siempre con el sonido de una explosión y el fantasma de un dolor en el abdomen, pero luego se encontraba a sí mismo recostado en su inmensa cama, envuelto por el brazo de su esposo, y con la fotografía de sus dos hijos en la mesita de noche frente a sus ojos violetas.

Entonces se giraba, encarando al peliblanco, y descubría que su sueño, era solo eso, un sueño, y que su vida, tan perfecta, seguía allí, aferrada a esa cama, con su amor, con la paz que él le brindaba y...

- ¡Violet tiene novio! - exclama el chico mientras entra, azotando la puerta de su habitación. - Uh, eso pudo haber sido peligroso, por favor, díganme que ambos están vestidos.

- ¡Bryan, pedazo de... tontito, devuélveme mi móvil! - exclama la voz de su hija fuera de la habitación.

... y sus hijos, ambos que estaban cruzando la adolescencia, casi al mismo tiempo, Bryan con sus 17 años recién cumplidos, y Violet a nada de los 13.

- Quiero abortar. - se queja Rubén, escondiendo la cabeza bajo la almohada, mientras el pelinegro mira a los chicos nuevamente, ¿no se suponía que tendrían menos energía si eran adolescentes?

- ¿Qué hacen despiertos a esta hora, chicos? Es sábado. - murmura, sentándose, con la sábana resbalándose sobre su camiseta negra. - ¿Y qué es eso de que Violet tiene novio?

- Es Fred. - se apresura el castaño, levantando el teléfono de la menor para que no pueda alcanzarlo.

- ¿Fred? ¿El Fred de Luzu? - repite, la pelinegra termina por sentarse a los pies de la cama. - ¿Ese Fred?

- ¿Vas a asombrarte? ¿En serio? - inquiere la pelinegra. - Bryan lleva casi tres meses saliendo con Mango.

- ¿Cómo? - pregunta, algo más despierto, mirando a su hijo mayor, quien entorna los ojos.

- Ay, por favor, ¿de verdad creéis que voy a visitar al tío Mangel todas las semanas solo porque sí? - Samuel suspira, llevándose la cabeza entre las manos. - Y para que te quedes más tranquilo, pa, no, no hemos follado.

- Yo también quiero abortar. - murmura el pelinegro, volviendo a recostarse junto al menor. - ¿Cuándo mis niños empezaron a tener novios?

- Sam, te quiero y todo, pero déjame dormir. - farfulla Rubén, aún desde su escondite bajo la almohada.

- Además, - continúa Violet, mirando a sus padres. - ¿olvidaron que vamos a la piscina hoy?

- Oh, por eso están despiertos. - murmura, recordando de pronto lo que habían planeado para ese día. - Vayan a guardar sus cosas y buscar ropa, decente, por favor.

- Bien, ¿puedo ir a buscar algo para comer en el camino? - inquiere el mayor, devolviéndole el teléfono por fin a su hermana.

- No, voy a tratar de que su padre se despierte. - avisa, envolviendo a su esposo con su brazo.

En realidad esperaba poder dormir una vez más, aunque fuera por un par de minutos, había llegado tarde de su turno la noche anterior, y sentía que apenas había dormido un par de minutos, pero había prometidos a sus hijos que aquella salida no podía posponerse más, apoya el rostro contra el hombro de su esposo, acariciando la mejilla contra su pálida piel.

De verdad que era capaz de dormir así, con la mejilla contra el hombro de Rubén, sintiendo su respiración silbante y la calidez que le transmitía, no entendía del todo que era eso que Rubén tenía para disipar lo malo dentro de él, aún después de tantos años.

Toma una profunda respiración, envolviendo el brazo alrededor del menor, así que termina por relajarse, dejando que el sueño vuelva a él, solo necesitaba un par de minutos más para dormir, finalmente lo iba a lograr, con el cuerpo de Rubén entre sus brazos.

Vet // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora