-La verdad es que no se acerca de primeros auxilios, pero esperame un momento iré en busca de ayuda. - dice él chico algo nervioso, me entrega los refrescos y le muestro la cabaña en la cual está mi amiga, mientras el se dirige a la mulita (carrito de golf) y yo sigo intentando hallar a alguien que pueda socorrer a Cristal, sigo tocando hasta que alguien por fin abre la puerta, es más alto que yo por lo que tengo que mirar un poco hacia arriba para ver su rostro - ¿Otra vez tú? no me digas que vienes sin camisa a pedirme perdón.- dice el chico que parecía fuera de sus cabales en la tarde, caigo en cuenta de que estoy sin camisa por el desespero de ayudar a Cristal, mis mejillas se tornan de un color rojo, la maldición de las personas blancas pienso. - No te equivoques, mi amiga está desangrandose, llamé a recepción y no me contestaron, el chico de los domicilios salió en busca de ayuda pero siento que será muy tarde cuando vuelva, por favor ayúdame- digo algo desesperada, mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas, bajo mi mirada -por favor- susurro en modo de súplica, de repente siento que el chico toma mi mentón y levanta mi cara y me abraza
-Tranquila, lo haré ¿Donde está tu amiga? - dice, su voz es segura y tranquila, nos dirigimos hacia la cabaña 125, la cabaña donde está Cristal.Entramos a la habitación, Cristal está acostada y el sudor baña su cuerpo, su temperatura está un poco elevada así que en parte es bueno que esté sudando, las vendas improvisadas están cubiertas de sangre y aún sigue inconciente, él la toma entre sus brazos - Trae sus bolso, por si nos piden sus papeles - dice el mientras sale de la cabaña con Cristal en sus brazos -y apurate-.
Íbamos por mitad de camino para llegar al centro de salud más cercano cuando una ambulancia paró en nuestro frente, las puertas traseras se abrieron y un joven con traje azul se bajó y junto con él, el chico de las bebidas, bajaron una camilla en la cual acostaron a Cris, el joven paramedico saco unas tijeras y comenzó a rasgar su camisa para colocar varios parches en su pecho para monitorizar sus signos vitales, revisaron que sus pupilas reaccionaran a la luz, le quitaron las vendas improvisadas que le habia hecho y le realizaron asepsia y antisepsia a las heridas de cristal, luego volvieron a vendarlas y la canalizaron con líquidos endovenosos para reponer un poco su pérdida de sangre, luego la subieron a la ambulancia y se la llevaron, el chico de las bebidas volvió a subir a la ambulancia junto con el paramedico y no permitieron que nadie más subiera.
comencé a llorar, no tenia la certeza de que estaría bien y mucho menos podría estar con ella.
-Podrías por favor dejar de llorar, eso no ayudará en nada- Dijo, de repente sentí que me abrazó - Todo estará bien - susurró él.
-¿Por que lo hizo?- Dije mientras me aferraba a él.
-A ver, montate aquí, te llevaré- Dijo mientras se agachaba y señalaba su espalda.
Siento mis ojos pesados, como pude me subí agarre su cuello y el mis muslos, comenzó a caminar hacia el centro médico, pero de repente todo se ha vuelto oscuro.
Estoy en la sala de espera cuando un médico se acerca
-¿Cómo sigue Cristal? ¿Está mejor? - le preguntó al medico.
-lamento ser yo quien tenga que decírselo, pero hicimos todo lo posible, Lo lamento- Dice el médico
¿que? ¿otra vez? no puede ser, las lágrimas inundan mis ojos y se comienzan a resbalar por mis mejillas, una vez perdí a mi madre y casi me pierdo a mi, ella era lo único que tenia y ya no está...
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Cicatrices De Papel
Teen FictionArriesgarnos no nos garantiza la victoria, pero al menos no estaremos derrotados sin haber enfrentado al monstruo. Como hay heridas que sanan, hay otras que se quedan plasmadas en el alma, Isabell lo sabe y tú también.