capítulo 28

15K 1.8K 79
                                    

Jimin estaba recibiendo llamadas de su padre en su cita con Jungkook. Él casi rodó sus bonitos ojos, pero decidió que podría controlar los celos de su papá.

Jungkook titubeó ante el sonido, pero terminó por entrelazar sus dedos con los del omega y empujar sus cuerpos hacia la pintoresca cafetería.

—Hace un poco de frío, ¿no es así?

Jimin asintió. Su Beanie azul cielo, contrastando con sus rubios cabellos y el tierno rubor que se acentuaba en sus mejillas.

Después de pedir sus bebidas calientes y un pastelillo para el omega, Jungkook lo guió hasta una de las mesitas de madera y besó la punta de su pequeña nariz.

El olor dulzón del omega estaba causando cosquillas en la propia nariz del alfa y su lobo se revolvia con las enormes ansias de tomarlo en sus brazos y estrujarlo delicadamente, pero hasta impregnarlo con su aroma mentolado.

Carraspeando, Jungkook se deslizó en su propio asiento y de nuevo entrelazó sus dedos por sobre la mesa.

—Así que mi bonita hada, ¿no es ilegal ser tan bonito y no temer en demostrarlo?

—Pero q-que cosas d-dice, hyung —Jimin tartamudeó.

El pequeño lobito del omega, parecía demasiado ansioso por el contacto con su alfa y ver sus pequeños gorditos dedos junto a los más largos y delgados de Jungkook, causaban un sentimiento cálido en su interior.

Sus ojitos detallaron la sonrisa curiosa de su alfa y las mejillas se le calentaron mucho más.

—Hyung...

Jungkook sonrió mucho más. Sus tiernas paletas saliendo a flote y sus ojos cerrándose ante la misma. Su lobo se removió mucho más, causando cosquillas en su interior y, sin poder evitarlo, disparó su aroma de forma casi automática.

Reconocimiento.

Su alfa y el tierno omega frente a él, luchaban por salir a flote.

Los nervios de Jimin solo incrementaron cuando Jungkook se inclinó frente a él y dejó un suave roce entre su nariz y la suya.

—Te voy a comer, Minnie... —La respiración del alfa se entremezcló con la suya más agitada y el omega apretó sus gorditos labios, liberandolos instantes después.

El omega de Jimin pareció tomar su lugar y, moviéndose por instinto, el pequeño empujó su rostro hasta chocar sus labios contra los más delgados de Jungkook.

Ninguno se movió. Sus ojos estaban conectados y el suave roce sólo causó un aleteo en sus interiores.

Jimin todavía sintió cuando su alfa sonrió contra sus labios y se separó lentamente, pasando la punta de su lengua sobre su labio inferior.

douceur 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora