La villana Jasmine

Parte 87

De esta forma pudo enterarse que pese al título estaban en una situación económica difícil y que tanto él como su esposa estaban enfermos por lo que no habían podido hacer dinero, sin embargo alaban a su hijo mayor quien había mantenido el título de marqués protegiendo el territorio de bandidos, también se disculparon ya que el chico se encontraba con el general en una misión cerca de la frontera, aunque pronto volverían o eso era lo que decía en la última carta que les envió , también alababan a Taeyang ya que este le ayudaba muy bien a su hermano mayor, en tanto que Iseul se ocupaba de las cosas del hogar en reemplazo de la madre, a lo que la marquesa bromeaba "no esperaba que mis hijos crecieran tan rápido"; sin embargo Anie podía ver la tristeza en los ojos de ambos, luego ella, Anzu y Sook se adueñaron de la cocina puesto que Anie dijo "bien, no se preocupen, hoy yo ayudaré en la comida!" y aunque todo el mundo protestó y trató de impedírselo nada funciono y es así como ellas tres entraron y no fue hasta 1 hora después cuando salieron con una sopa caliente, carne y algunos vegetales, el marqués la felicito por la buena cocina y la señora también le felicito mientras pensaba sorprendida *pensé por un momento que no podría hacerlo.... Pero ella es buena*.

Mientras en la casa del duque Goro en la capital hoy temprano había recibido la visita de la hija del barón Yue pidiendo visitar a Anie, sin embargo, este le negó la entrada rotundamente, y cuando ella preguntó por qué no podía verla, este le contestó que ella estaba ocupada y sin más le echó de la casa. Al llegar la noche cuando estaban cenando la señora Fing apenas tocaba su comida y la hija de esta, Hisa, preguntó con una sonrisa "padre, hace tiempo que no he visto a la basura de Anie", a lo que el duque ni siquiera se molestó en mirarla y simplemente dijo "ya me he ocupado de ella, entonces la señora Fing de un golpe dejó sus palillos, miró al conde con una sonrisa algo esquizofrénica y de forma alegre dijo "la has asesinado?", y sin esperar la confirmación del duque Hisa dijo sonriendo "por fin esa perra sufrió las consecuencias de haber existido"; sin embargo el duque seguía sin decir palabra alguna y seguía comiendo tranquilamente, a lo que la señora Fing arrugó las cejas y pidiendo permiso se paró de la mesa.