Plagg ama el queso, casi por sobre todas las cosas, pero si alguien hace llorar a su terrón de azúcar, no hay nada en este universo que detenga su ira. Lo que se verá cuando una serie de eventos desafortunados que seguirán a cierta mentirosa culpabl...
A primera hora de la mañana, Adrien fue de los primeros en llegar a la escuela, y caminó raudo hacia los casilleros, mientras sacaba un paquete sospechoso de su bolso y se lo daba a su kwami.
-¿En verdad este ritual funcionará? –pregunto escéptico el muchacho mientras que Plagg inspeccionaba los alrededores y volaba hacia el casillero de Lila.
-Por supuesto que sí, ¿Por qué me tomas? –respondió ofendido el gatito, mientras abría el casillero de Rossi con sus poderes y dejaba el paquete, que resultó ser un camembert completamente mohoso, y del que apenas Adrien podría soportar su olor.
-Entonces, después de los nueve castigos para Lila, ¿Ella dejará de mentir? –volvió a preguntar dudoso el modelo, y su kwami suspiró ofuscado mientras le "rezaba" a su camembert por el sacrificio que estaba haciendo.
-O, por lo menos todos sabrán cómo es realmente, y hasta el momento ha funcionado –comenzó a enumerar Plagg-, en twitter muchos ya no creen que ella sea la mejor amiga de Ladybug; en Química, tus amigos no toleraron que ella atacase a tu amiga Marinette; y ayer, todos sintieron lo podrida, metafóricamente, que esta su boca, sin mencionar, que la chica del Ladyblog y tu amigo de la gorra ya saben que ella es una mentirosa.
-Pero... -Adrien dudaba un poco, pero Plagg voló delante de él, ya perdiendo la paciencia.
-Escucha, ya viste mi lista de planes, y ninguna tiene la intención de dañar mucho a esa mentirosa más de lo que ella ya ha hecho, sin mencionar, que ya era hora que le tocara un poco de karma para variar, y con una deidad de la destrucción cómo moi, no se puede esperar menos, ¡Así que calladito te vez más bonito! -Adrien hizo un puchero, pero al final accedió a ser cómplice de los planes de su kwami, los que no estaban nada mal para una mentirosa como Lila.
Y durante el transcurso del día, y alivio de Rossi, todo parecía ir muy bien, nada raro en las clases con las maestras ni animales que le atacaran de pronto. Pero, se había dado cuenta que Alya y Nino no le dirigían la palabra, así como también le veían con resentimiento, mientras que el resto de sus compañeros no se le acercaban mucho, ni siquiera para saludarla o escuchar sus historias.
Así que decidió pasar tiempo con los alumnos de las otras clases, y no perdió el tiempo en difamar a Marinette de, supuestamente, haberla estado saboteando durante los últimos días. Sin saber que Adrien le miraba de lejos, apretando los puños, pero antes que dijera algo su kwami le hizo señas de detenerse y que mirara al lugar de los casilleros, en la que todos estaban saliendo como si hubiera una intoxicación.
-Tres, dos, uno~ -ronroneó a gusto el gato, y el grito del director se escuchó desde la entrada de los casilleros.
-¡LILA ROSSI! Venga de inmediato –la chica quedó boquiabierta al dirigirse al lugar, que olía a un basurero-. Ese hedor proviene de su casillero, jovencita.
-¿Qué? ¡No puede ser! –Lila corrió hacia su casillero, y al abrirlo, el olor a camembert putrefacto le golpeó en la cara- ¡Me han perjudicado! –Rossi corrió afuera del patio, y apuntó a una desconcertada Marinette - ¡HAS SIDO ELLA! ¡MARINETTE HA HECHO ESTO PORQUE ME TIENE ENVIDIA!
-No seas mentirosa Lila –Adrien salió en defensa de la azabache-, es imposible que haya sido Marinette, porque ella ha estado todo el día con nosotros.
-¡DEBIÓ HACERLO ANTES DE ENTRAR A CLASES! –contraatacó Lila, pero esta vez fue el padre de Mylene quién habló.
-Imposible, recuerdo que esta mañana, la señorita Dupain-cheng llegó tarde a clases, pero corrió directamente a su salón, no pasó por los casilleros –a sus palabras, el director frunció el ceño hacia Lila, la que estaba pálida.
-Y como dijo Adrien, Marinette estuvo con nosotros tanto en clases como en los recesos, en ningún momento fue a los casilleros –afirmó una molesta Alya.
-Ni hablar de ayer, cuando se te soltó "esa bomba", la que tiene el mismo olor que aromatiza ahora tu casillero –comentó inocente Nino, y Lila se vió acorralada.
-Estoy al tanto de lo sucedido ayer –expresó el director-, Lila Rossi, no la voy a juzgar por lo que come, pero no voy a tolerar que esto suceda de nuevo, por lo que quedará suspendida mañana para que aprenda buenos modales con respecto a la comida.
-¿Eh? ¡NO PUEDE...!
-No me grite jovencita, recuerde que soy el director –le hizo callar el hombre, y Lila gruñó por lo bajo.
Mientras que Plagg aún se lamentaba por el sacrificio de su amado queso, pero todo era por su terroncito, y aunque Lila descansaría de él un día, ni se imaginaba lo que le tenía preparado para su regreso a clases en dos días.
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-¡SACRILEGIO! –Plagg me lanza lo que encuentra en mi habitación, mientras que Chimuelo dormita tranquilamente en el sofá- ¡¿Cómo os atreves profanar lo sagrado del queso bien reposado?! ¡¡GUERRA!!
-¡AUCH! ¡Piensa que fue por una buena causa! ¿O quieres que Tikki vuelva a llorar por culpa de Lila? –a mi pregunta, el gato se detiene en seco.
-Muy bien, pero más te vale no volver a involucrar a mi "precioso" con los siguientes planes.
-Bueno, aún seguiremos con el tema de la "comida", pero ya no estará tu camembert involucrado, ¡Mañana, Operación Almuerzo!
