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— Jisung, creo que...— guardo silencio unos segundos—, creo que me gustas, me estoy enamorando de tí, se que suena extraño pero, creo... ¡Aaaah!— revolvió su cabello mientras se alejaba del espejo.

Patético.

Todo se veía tan patético.

Suspiro mientras sacaba su celular del bolsillo derecho trasero, sus ojos se abrieron ampliamente en cuanto noto que se le estaba haciendo tarde para llegar a el pequeño parque en el que había citado al menor. Rápidamente se encargó de arreglar su cabello, así como cambiar su camiseta y colocarse el primer par de tennis que encontró en su habitación. Siquiera sabía que marca eran.

Bajo casi tropezando las escaleras de su apartamento mientras saludaba a sus vecinos o cualquier persona que encontrara, sus ánimos eran los mejores y no existía nada que pudiera arruinarlos.

O al menos eso pensaba.

Tomo un taxi, dirigiéndose hasta aquel parquecito dónde efectivamente Han le esperaba, sentado en una banca mientras mantenía la mirada sobre sus tennis oscuros, parecía perdido, inmerso en algo que no fuese la realidad. Aunque esto poco le importo a Bang, puesto que estaba seguro de que haría lo correcto.

— ¡Han, Han!— habló burlonamente mientras tomaba asiento junto a el menor quien dió un leve salto, la mirada del chico se posó sobre la del australiano quien parecía radiar luz. Sonrío forzadamente, se odiaba por el daño que le causaría al mayor.

— Hyung— habló suavemente, tanto que casi no había escuchado el contrario, su voz estaba llena de tristeza mezclada con aquel tono simple y racional que a veces Jisung solía tener— quería hablar contigo.

Bang le miro curioso.

— Que casualidad— bromeó— yo también quiero hablar contigo, Jisung-ah.

El menor bajo nuevamente su mirada, realmente no merecía la amistad de Bang, no merecía nada de él. Le había utilizado para algo tan infantil, y aunque esto no era únicamente su culpa puesto que el chico había accedido, seguía siendo su idea.

— Chan.

— Jisung.

Su corazón dolió suavemente, para después volverse mucho más intenso. Quería correr de ahí, o lanzarse a los labios del contrario, ¿Desde cuándo los labios de Chan eran tan pálidos? Estaba seguro podía calentarle con los suyos.

— Terminemos esto— habló de una vez. Congelando el ambiente.

— ¿Qué?— los labios del pálido dejaron salir aquello con clara confusión, o al menos eso quería creer—, me temo no entiendo de que hablas Jisung.

— Dejemos está farsa, dejemos de actuar, de vernos, de— mordió su labio— besarnos, de hacernos creer que estamos saliendo y sentimos algo el uno por el otro, es agobiante.

Chan sintió como cada palabra le lastimaba, le hacía romperse como cristales mientras su respiración comenzaba a volverse densa. Su cuerpo se estaba volviendo pesado y aquella burbuja que había creado desde su conversación con BamBam se rompía junto con él dentro.

— Esto no es gracioso Han. Deja de bromear.

Quería pensar que había una esperanza ahí, que todo se trataba de una broma por parte del menor, que le podría confesar sus sentimientos.

— No, estoy hablando encerio— lo miro. Chan bufó.

— Jisung, no puedes lanzarte a mis brazos una noche y al día siguiente decirme que todo fue agobiante. Es ilógico.

Se levantó claramente molesto, tomando a Han por los hombros mientras ganaba la atención de ciertas personas en aquel lugar público. El menor le vio con dureza, claramente le costaba mantenerse firme frente a el australiano pero si no mostraba una postura dura, este no le creería.

— Si puedo. Vete de mi vida Bang, ya no te quiero en ella.

Y eso termino por quebrar al chico, frente a los ojos del menor, este aprecio tristemente como las lágrimas comenzaban a salir de los ojos ajenos como símbolos de dolor. El pálido soltó al chico frente a el, ¿Había sido demasiado tonto? Lo más probable.

Sus manos temblaban, así como sus piernas y labios, quería desaparecer o al menos poder hacerse invisible, huir de la sensación de pena que le embargaba.

— Y yo que— susurró dándose la vuelta— incluso pensé que tú sentías lo mismo.

Los ojos del menor se abrieron con sorpresa, para divisar como aquel chico que prácticamente le había dado una pista de posibles sentimientos hacia él, se alejaba.

SOLO POR DIVERSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora