Prólogo

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    Era un dia lluvioso y tormentoso. La tormenta azotaba fuertemente la tierra y los truenos impedían poder escuchar los gritos de la gente del reino hechicero. Sin embargo, la distorsionada risa de el enemigo mundial podía oírse desde cada esquina.

    —¡Tenemos que ir ayudarlo en este instante!— la guardiana superiora grito en frustración.

    —Están demasiado lejos— admitió con odio el demonio de ojos de cristal— Incluso si llegáramos, solo le seriamos un estorbo—. Eso es lo que su cabeza le decía, pero sus puños cerrados temblaban, él tenía la sensación que si dejara de apretarlos, su cuerpo correría a reunirse con su amo. —Nos tenemos que quedar en Nazarick. Esas fueron sus ordenes...

   —¡A veces eres un completo estúpido Demiurge! ¡No nos podemos quedar aquí sin hacer nada!

   'Ella tiene razón', pensó ' Pero en una situación como esta no podemos desobedecer...'

   —Son sus órdenes...— más que convencer a Albedo, parecía querer convencerse a él mismo. 

   Ella se rindió en tratar de convencer a los demás y salió volando sola para el lugar.

   —¡Lord Ainz!— gritó.

   —¡Quédate atras Albedo!¡Es peligroso!

   —¡Por ello, Mi lord! ¡Déjeme-,—la sucubus fue interrumpida por un rayo que cayó en su dirección,  trato de moverse para esquivarlo, pero la luz era mas rapida. Cayó malherida e inconsciente.

   —¡Albedo!— el rey hechicero se voltio a verla. El enemigo había derribada a la segundo al mando con solo un golpe, tenía que proteger a Nazarick, esta no era una batalla que los NPC pudieran ganar.

   —¡Todos adentro de la tumba!

   —¡No podemos dejarlo aquí Mi lord!— se negó Demiurge, quien cargaba a la inconsciente Albedo.

   —Es una orden.

   El archidemonio bajo su cabeza en desesperación. 'Son sus órdenes' se dijo nuevamente.

   —Mi lord...— rogó.

    —Vayan—, repitió el supremo.

   El archidemonio solo asintió la cabeza y entró a Nazarick con los demás guardianes.

   — Que sorpresa ver a uno de esos aquí,— se dijo a sí mismo cuando se encontraba solo.

   —De cualquier manera morirás por atacar mi reino, END—.La amenazante furiosa voz del hechicero era fría, y decidida. Cualquier mortal temblaría de temor, pero el World Enemy se emocionó.
El rey hechicero sacó un varo de magia avanzada y lo apuntó hacia la enorme figura frente a él.

   —[Fire Ball]— el hechizo salió disparado en forma de una enorme bola de fuego, que le dio directamente a la cara.
La gigantesca figura flotante en el cielo mostró una cara decepcionada.

    —[Triplice Magic] [Dark hole]— el líder del gremio ignoro al enemigo y siguió atacando.

   Los ataques del esqueleto no cesaron.
    —AtAcArE...— END abrió la boca y de ella salió un gran rayo de luz que al chocar con la tierra hizo un gran explosion.

  'Es demasiado poderoso...'

   Momonga estaba preocupado. No sabía cuántos ataques directos fuera a aguantar.

    —[Indistinctive shield]— una energía verde rodó todo el cuerpo del undead.
END abrió la boca para prepara otro hechizo. Luego miró hacia abajo, para un momento con los ojos sorprendidos y luego sonrió.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora