Zona 0

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"Soy yo Altazor
Altazor
Encerrado en la jaula de su destino"

V. Huidobro
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El silencio fue un tercero mordiéndoles los talones. Detrás de lo implícito se arrastraba un mundo. ¿Qué había interpretado exactamente Taehyung? ¿Qué clase de trato sucio se negaba a ser puesto en palabras?

JungKook se tambaleaba en una precaria balanza. La ambigüedad con respecto a lo lícito o permitido dentro del caos social dejaba muchos espacios libres para los oportunistas.

Los límites y sus límites no habían sido trazados por ninguna mano que no fuera la de la supervivencia.
Sobrevivir justificaba los métodos.
¿Pero aquello tenía relación con la supervivencia? ¿Era importante metérsela a alguien? ¿Era un verdadero negocio, una transacción entre algo que quería y algo que podía brindar?

Su cuerpo se inclinaba sudoroso hacia la delicada figura del joven.

Pero no era una mujer. Engañarse solo le traería decepción. Las cejas eran gruesas, negras, se hacían muy obvias si caías en los ojos y los ojos del chico era una perdición, así que una cosa llevaba a la otra, en círculos. Pero lo peor sucedía cuando abría la boca y su voz profunda iniciaba algún relato absurdo. No había conexión entre las partes. El rostro, la personalidad, la voz, se ataban débilmente en un punto llamado Taehyung.

Nada tenía, sin embargo, el suficiente peso como para aminorar el deseo. Taehyung era lo más bonito y delicado que se le había mostrado y él podía llegar a creer que el destino obraba para que tomara lo que quisiera.

Deja de dar tantas vueltas. Sabes hacia dónde estás yendo y lo que estás buscando. Solo te torturas para demorar lo que terminarás haciendo de cualquier forma.

Y sin embargo... sin embargo, un eco punzante lo obligaba a poner distancia y caminar silencioso, porque estaba avergonzado. Aprovecharse de una persona, prostituirla, no le dejaba un buen sabor de boca.

Miró hacia atrás.

El chico cargaba con la bolsa de dormir que le había pasado. El suéter le llegaba casi hasta las rodillas y arrastraba un pedazo de rama por el suelo mientras tarareaba una ridícula canción. Tan ido del mundo que hasta podía imaginar el momento en que los tratantes de personas lo habían cazado sin esfuerzos. Directo a la boca del lobo sin que él se enterase de nada, sin parar de dibujar líneas serpenteantes en la arena, tratando de recordar la siguiente palabra de su canción.

Cuando sus miradas se encontraron, Taehyung aceleró los pasos, reconociendo el reproche en su ceño fruncido.

"¿Sabes leer?"

No era una pregunta retórica. Por supuesto que había señalado en el mapa el nombre del círculo más grande, pero cualquiera podía reconocer qué ciudad era el círculo más grande en el país.

"Sí, mi abuela me enseñó, tenemos varios libros..."

Una idea comenzó a rondarle, perversa, como todo lo que concernía al muchacho ¿Por qué alguien de mirada tan limpia le generaba tal oscuridad? "... se llama Colección de grandes clásicos" siguió "El nombre de la Rosa, La Divina comedia, Madame Bovary, 1984..."

"Aish... ¿por qué hablas tanto?"

"Lo siento"

Una pequeñas nubes comenzaron a buscarse entre ellas. Para el mediodía seguramente y lograrían cubrir todo el cielo y adiós a la poca calidez que les daba el sol.

LA ISLA [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora