Parte V

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El fin de semana transcurrió rápido y ya era hora de volver a la escuela, por suerte para ella sus heridas sanaron bastante rápido y ya casi no se notaban, al menos los hematomas más graves se escondían por el uniforme.

"Menos mal que sucedió un día viernes" pensó ella

Justo cuando terminó de arreglarse Sebastián toco la puerta

-*toc toc toc*

-Pasa-respondió

-¿Estas lista?

-Sí

-Bien, el desayuno está listo, yo me bañare mientras-dijo él

-Está bien-respondió con una sonrisa, él simplemente asintió con la cabeza y se retiró

Luego de eso ella bajo a desayunar y ohh cielos la comida que hacía Sebastián era lo más exquisito que había probado en su corta vida, la comida de su madre era tan mala, que cuando la castigaba era un alivio para su estómago, pero lo que él hacía era simplemente maravilloso para su paladar.

Cuando terminó de desayunar Sebastián bajó listo, Maya quedo mirándolo totalmente embobada, hasta ese momento no se había percatado de lo atractivo y sensual que era (la autora en estos momentos ---> *///*), estaba vestido con unos jeans negros un poco ajustados, pero muy poco, una camisa blanca con una corbata roja que combinaba con sus ojos carmesí, (ojos que por cierto a ella le encantaban) y unos zapatos negros impecables.

-Veo que ya has terminado-dijo él

-Sep

-Bien, vamos yo te llevaré

-¿Sabes dónde queda?-preguntó curiosa

-Sí

-Ok

Luego de eso subieron al auto y Sebastián lo hizo andar para dirigirse a la escuela de Maya, iban callados hasta que ella rompió el silencio...

-¿Puedo preguntar por qué vas tan formal?-dijo mirándolo con curiosidad

-Es una sorpresa-dijo guiñándole el ojo

-No es justo-dijo haciendo un pequeño puchero

-Solo espera-dijo él

-Está bien *espero que no sea lo que estoy pensando*-se dijo en su mente

Cuando llegaron la dejó cerca de la entrada y ella bajo del auto, las miradas curiosas de los estudiantes que pasaban en esos momentos no se hicieron esperar, aunque ella no les tomó ni la menor atención. Se dispuso a entrar para ir al salón de clases, cruzándose con saludos hipócritas y sonrisas falsas que ella solo se limitaba a responder con un simple "hola" o "buenos días".

La primera clase del día lunes era matemáticas, que a ella le encantaba, prefería mil veces los números a las palabras, motivo para molestarla y por ser más inteligente que el resto. Siguió caminando hasta que llegó al salón y se sentó en su lugar cerca de la ventana en la parte del medio ya que atrás no escuchaba mucho o se distraía más fácilmente y si se sentaba adelante era víctima de numerosas burlas. La campana sonó, pero en vez de entrar el profesor, entró el director...

-Buenos días alumnos-dijo serio

-Buenos días señor director-respondieron todos a coro

-Bien, hoy les presentaré a su nuevo profesor de matemáticas, ¿quiere preguntar algo?-le dijo a un alumno que había levantado la mano

-¿Qué paso con el profesor Adrián señor?-preguntó un alumno cualquiera

-Se encontrará indisponible por un tiempo-respondió, nadie dijo nada más, no porque no quisieran, sino porque no se atrevían-Bien si no hay más preguntas, puede pasar señor

Solo eres túWhere stories live. Discover now