❝ Tú viniste a mi como una cálida lluvia de primavera y me despertaste de mi largo sueño ❞
Ella despierta del coma, en un mundo que está en las puertas de su fin y él parece ocultarle cosas, incluso su verdadera naturaleza. ¿Como creerle? El rey de...
Si Jungkook en realidad estaba decidido a decirme la verdad y nada más que la verdad debía tomar provecho. Esa noche hice una lista mientras hablaba con el delfín, sobre cosas que quería saber y que creía eran importantes.
Debo admitir, es vergonzoso tener que preguntarle a un chico que apenas conoces cosas tan personales.
— ¿Como era la relación con mis padres?
— Era buena, eras obediente... no como ahora.
Le acompañaba mientras salía a trotar y yo intentaba seguirle el ritmo con menos resistencia.
— ¿Me llevaras a casa? Tal vez encuentre algo ahí, cuatro ojos miran mejor que dos.
— ¿Que te hace creer que solo tengo dos?
Sí, en efecto Jungkook debía ser líder de un escuadrón maligno. Es que tenía el look completo, siempre vistiendo de negro o gris, muy pocas veces blanco. No sabía dónde trabajaba y tampoco le interesaba decirme. Desaparecía a veces sin avisar...
— ¿Acaso tienes una familia? ¿Una esposa o.... vives una doble vida?
— Ves mucha televisión.
— Esa no es una respuesta.
— Entonces deja tantas preguntas tontas... incluso no puedo creer que lo que encabezara tu lista fuera cuál es tu color preferido. — él se detuvo y yo lo agradecí mientras tomaba aire, la brisa del océano me daba un sabor salado. — Hanam, no soy tu cofre de los recuerdos... solo te diré lo que necesitas saber.
— Así nunca podré hacer nada por mi cuenta.
— Incluso sabiéndolo no lo harías... siempre necesitaste ayuda.
Puse mis ojos en blanco volviendo a caminar por el sendero hasta casa, era una mañana soleada y las gaviotas hacían ruidos extraños. Había llovido toda la noche, no recordaba cómo eran las estaciones antes de todo, pero seguro el mundo estaba sufriendo cambios.
— ¿A dónde vas?
— A encontrar respuestas...
— Por ahí no es.
Se burlo pasando un brazo pesado por mis hombros y acompañándome al trabajo, era cuestión de días o tal vez semanas para que el rumor que Kim Hanam estaba viva llenara los oídos chismosos del pueblo.
Estaba en mi turno, acomodando unas sillas cuando algo en la televisión llamó mi atención. "Visita alienígena", ¿Que significaba eso? Por Dios, el mundo se va a acabar. No era el pensamiento pesimista de alguien que recién se acostumbraba a su amnesia, eran los murmullos entre las calles, teníamos un denso conflicto armado y político con una región del norte. En realidad, incluso había varias señales en la tierra, sobre todo en esta parte del mundo, que nuestra vida prendía de un hilo.
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