𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥𝐥𝐚. 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐨𝐫𝐝𝐢𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 é𝐥.
Un pueblo derrotado y un vuelo a una isla desconocida harán que Hipo y _______ se encuentren.
Ella podrá tener un nuevo comienzo a pesar de sen...
Declan hablaba con fluidez y presencia frente a nuestro jefe. Solamente Jack y yo notábamos que sus palabras eran un preparado discurso por el que seguramente no había dormido. A pesar de las malas noticias sobre el cambio de bases y los inciertos mapas, Viggo permanecía flemático y atento.
El albino y yo intercambiábamos miradas sabiendo de antemano lo que ambos pensábamos. Sin embargo ninguno se atrevía a abrir la boca y decirle a Viggo a quién habíamos visto en la misión. Ambos esperábamos a que Declan terminase para averiguar en qué condiciones estaríamos luego de nuestro fracaso y entonces saber si sería buena idea hablar o no.
—Estaba al tanto de que planeaba cambiar de bases —confesó el Grimborn.
Los tres soltamos un sonoro suspiro debido al alivio y tranquilidad que nos causaba la postura del líder cazador.
—Nadie deja una base completamente vacía —prosiguió—. Estoy convencido de que aunque estos mapas sean de sus terrenos anteriores nos serán de gran ayuda. Y en el conveniente caso de que se trate de las ubicaciones de sus nuevas bases entonces poseemos una mina de oro.
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—Entonces... —dijo el rubio.
—Desde un principio fui consciente del tipo de trabajo que les estaba dando. Sabía de antemano que Gorm buscaba mover a su equipo, simplemente no sabía a dónde. Aún así decidí tomar el riesgo de buscar los mapas incluso si eran los anteriores.
—Los chicos que conocí dijeron que todavía sigue asentándose —añadió Declan.
—Así es, eso me da el tiempo suficiente para mi próxima jugada. Es todo, pueden retirarse.
—¿Qué pasará conmigo? —me apresuré a preguntar.
Viggo rascó su barbilla en una actitud despreocupada, me miró de pies a cabeza y entonces contestó.
—Ya que tu situación no es algo que dependa meramente de los resultados de las misiones seguirás a prueba —dictó.
—¡Pero no estoy...
—No está embarazada —interrumpió firmemente el rubio.
Mis ojos se posaron de forma lenta en el zagal que encaraba a nuestro jefe con bastante seguridad.
—Yo lo inventé todo —confesó desviando su mirada por unos segundos hasta que volvió a la del castaño.
El Grimborn se pensó lo anteriormente dicho por uno de sus mejores cazadores. Su postura pasó de relajada a autoritaria. Recargó sus codos sobre el escritorio y se inclinó un poco hacia adelante.
—Desafortunadamente no me sorprende, Declan. Tu actitud ha cambiado bastante los últimos meses y ha dejado mucho que desear.
El Gallagher suspiró y asintió a regañadientes, luciendo abstraído por aquél sutil regaño.
