Hand In Glove

17

Los cerdos pueden volar. Al menos, los cerdos de fuegos artificiales rosa con alas podrían volar.

El truco de fuegos artificiales de Fred y George, sin embargo, no había levantado exactamente el ánimo de Harry. Los rumores de Slytherin habían llegado a la torre de Gryffindor a la hora del almuerzo y la mayoría de las personas en la sala común le miraban con asco cuando no cantaban las alabanzas de Fred y George. Incluso los miembros del ED a quienes les había gustado Nott lo ignoraban rápidamente. Uno de los niños en el año de Ginny había esperado hasta que estuvo fuera del alcance del oído para escupir "siempre fuiste una serpiente, Potter, desde la Cámara de los Secretos".

Lo que había hecho que su amiga dijera, "¿cómo es que sabías cómo llegar allí, de todos modos?"

"Apuesto a que todo fue una trampa para que puedas ser el héroe".

"Sí", dijo Harry, cerrando su libro de texto y hablando antes de que Ron o Hermione pudieran. "Me tienes. Lo configuré todo solo para impresionar a Ginny. Una mujer. Y, como todos saben ahora, soy gay".

Él rodó los ojos. Ante la mención de su nombre, Ginny miró desde donde estaba bebiendo cerveza de mantequilla con Fred y George e hizo una mueca.

"¿Por qué no practican ustedes dos hacer pociones de amor, o algo así?" ella dijo. "Es la única forma en que McLagen te mirará dos veces".

Sus palabras fueron tan cortantes como sus maldiciones. Ambas chicas se pusieron de color rojo brillante y se inclinaron, acelerando su paso mientras Ginny se acercaba como un tigre.

"¿Cerveza de mantequilla?" ella le ofreció la jarra a Harry. Sacudió la cabeza.

"Estoy bien."

"Las personas son idiotas", dijo ella como si fuera una declaración consoladora.

"Si."

Ginny entrecerró los ojos.

"Al Harry Potter que conozco no le importa lo que la escuela esté diciendo sobre él. ¿Qué pasa realmente?"

"Umbridge me invitó a su oficina hoy", dijo Harry. "Ella seguía preguntándome dónde estaba Dumbledore. Bueno, Dumbledore y Sirius."

"¿Qué le dirías a esa vieja y loca con cara de sapo?", dijo Ron.

"¿Qué la hace pensar que lo harías? ¡Oh!" Los ojos de Hermione brillaron con ira. "¡El chivo!"

Harry asintió y, porque Ron y Ginny se estaban mirando confundidos, los llenaron.

"Creo que ella podría haber estado usando veritaserum. Estaba muy ansiosa por hacerme tomar una taza de té".

La serie de insultos lanzados en dirección a Umbridge tampoco hizo nada para levantar el ánimo de Harry.

"Seguramente eso no es legal", terminó Hermione, pero Harry solo pudo encogerse de hombros.

"No puedo probar nada. Lo tiré tan pronto como se dispararon los fuegos artificiales."

"De todos modos, a nadie le va a importar", dijo Ginny. "Ninguno de los maestros puede oponerse a ella, y el ministerio no hará nada".

"La junta de gobernadores podría, todos son padres", dijo Ron. "¿Recuerdas en el segundo año cuando enviaron a Hagrid a Azkaban?"

"La mitad de ellos son del ministerio", dijo Harry.

"¡Esto es ridículo!" Gritó Hermione. "¡No hay una sola cosa que podamos hacer!"

"Irrumpir e ir a la Orden".

"No sé. Dumbledore evitó que te expulsaran por una razón, Harry. Además, ¿qué bien haríamos? No podemos hacer magia fuera de Hogwarts."