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capítulo nueve; apoyo

La pelirroja bajó del lomo de Paul quién se había ofrecido a llevarla hasta la línea que evitaba la guerra entre vampiros y metamorfos, Mónica sonrió brevemente acariciando su cabeza

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La pelirroja bajó del lomo de Paul quién se había ofrecido a llevarla hasta la línea que evitaba la guerra entre vampiros y metamorfos, Mónica sonrió brevemente acariciando su cabeza. La chica había pasado unos diez minutos más junto a ellos hasta que recordó que seguramente Jasper y Carlisle la estarían esperando, extrañamente tenía razón en ello.

Una pequeña sonrisa se colocó en sus labios al saludar a los Cullen pues su mente estaba ocupada procesando todo lo que le habían contado, los secretos habían sido revelados y en ese instante Mónica no sabía exactamente cómo reaccionar. Los dos vampiros rubios decidieron no preguntarle al verla tan perdida en sus pensamientos y Jasper simplemente se colocó en una posición que a la pelirroja le fuese cómodo agarrarse.

El viento volvió a azotar su cara provocando que se pegasen mechones de cabello a su rostro, la pelirroja abrazó más a Jasper reposando su frente en el hueco de su cuello haciendo que una sonrisa decorase el rostro del vampiro.

Los dos frenaron de golpe pero Mónica no se bajó.

—¿Mónica? Ya llegamos, linda.—avisó Jasper enviando olas de calma a su confundido cuerpo.

—Lo sé pero estoy demasiado cómoda.—admitió la chica tratando de bromear pero su risa sonó desganada.

—Vamos, hoy te quedas a dormir aquí.—declaró el rubio haciendo que la pelirroja le mirase confundida.

—¿Y mi tía? Tengo que avisarle.

—Ya pensaremos alguna excusa, ahora necesitas compañía...una que te comprenda.—le susurró Jasper y la pelirroja se apegó más a su cuerpo sonriente.

—Gracias, Jazz.

—No es nada, chica 70s.—los tres entraron a la casa y la primera en abordarles fue Alice.

—¿Averiguaron algo?—la mirada de la pelirroja se posó en Edward que le leyó la mente y asintió comprensivo.

—Alice, yo os lo contaré, deja que descanse.—la morena asintió viendo por el rabillo del ojo como el dúo subía las escaleras.

Cuando Jasper abrió una puerta y la cerró atrás suyo fue cuando la pelirroja se bajó admirando la habitación, esta era muy luminosa debido a las gigantescas cristaleras que ocupaban las paredes, su cuarto se encontraba ordenado, cada libro en su sitio de la estantería excepto por varios vinilos que estaban esparcidos por el suelo. Mónica se acercó a estos y al ver las conocidas portadas por ella abrió la boca ofendida.

—¿Escuchando mi música sin mí? Me ofendes, Jasper.

—En verdad no la escuchaba, tan solo oía un par de canciones.—admitió el rubio.

—Haré como que te creo.—la pelirroja se tumbó en el sillón negro que ocupaba el centro de la habitación sustituyendo a una cama, Mónica se rodó dejándole hueco al rubio que se echó abrazándola.

—¿Me cuentas lo que ocurrió?

—Lo intentaré pero te aviso de que no soy buena explicando. Cuando estaba montada en Paul descubrí que básicamente puedo leer sus mentes pero solo las de los pertenecientes a la manada, supongo que es alguna condición espiritual que me conecta con ellos.—la mirada verde de Mónica se conectó con la ambarina de Jasper que le indicó con la cabeza que podía continuar.— Al llegar a la reunión y Billy ver mi colgante contó una leyenda en la que una mujer pelirroja era la protectora de los quileutes, se hacía llamar ninfa del bosque por sus habilidades parecidas a las ninfas y por eso mis dones, según la leyenda yo soy descendiente de ella debido a estos extraños poderes y mi característico pelo pero este gen solo se activa si hay vampiros presentes—la pelirroja tosió escondiendo entre el ruido un "tú" que el rubio llegó a escuchar.

—Pero me dijiste que ya te había ocurrido antes de llegar a Forks.

—No sois los únicos vampiros, Jazz, habría otro.—la de pelo rojo osciló sus ojos con una sonrisa.

—Supongo...Oye, Mónica, hace un tiempo que te quería decir.—un ronquido le interrumpió haciéndolo negar con un sonrisa en sus labios.

El rubio siendo precavido de no despertarla agarró una manta que tenía para decorar y la pasó sobre los dos cuerpos antes de recoger su cabello medianamente largo en una coleta.

Al día siguiente Mónica había amanecido con mucha más energía, su cuerpo había desechado cualquier rastro de cansancio psicológico relacionado con el tema sobre ser una ninfa.

En ese momento, los dos se encontraban sentados en el gran sillón de la habitación de Jasper. La voz de Elton John inundaba el ambiente desde el reproductor de música del vampiro, los dos reían por un comentario que la pelirroja había hecho sobre la canción.

—¡No puedes reírte de mí por ello! El rey león es una película muy triste.—gritó dándole un pequeño empujón.

—¡Es de dibujos animados! Está dirigida a niños.—trató de razonar con ella pero solo provocó la indignación en Mónica.

—¡Mufasa no merecía morir! ¡Oh, vamos! Dime que al menos lloraste con Bambi.—el rubio negó ocultando una sonrisa—¡Jasper Hale eres un ser cruel y sin sentimientos!

—¡No todo el mundo llora con Disney!

—¡Claro que sí!—la canción cambió provocando un grito de emoción en la pelirroja.

—Es para...—la frase del chico fue interrumpida por el dedo de la pelirroja colocándose sobre sus labios.

—Esta puede que sea una de las mejores canciones que escucharás en tu vida.

—Has dicho eso de otras cuatro.—las risas inundaron el cuarto y la chica le golpeó para que se callase.

—¡Shhhh! Calla y escucha.—la pelirroja movía la cabeza al ritmo de la música y Jasper tan solo se quedó admirándola mientras contaba cada peca en su rostro y escuchaba su melodiosa voz que acompañaba la de Freddie Mercury.

Love of my life, you've hurt me. You've broken my heart and now you leave me. Love of my life, can't you see?—la pelirroja movía sus manos simulando que tocaba el piano con los ojos cerrados.—Bring it back, bring it back. Don't take it away from me because you don't know what it means to me.

Mónica abrió sus ojos con una sonrisa mientras seguía cantando una de sus favoritas de Queen.

—¿Qué miras tanto?—preguntó la chica inocentemente al notar como el rubio la analizaba.

—Eres hermosa, Mónica.—contestó provocando una sonrisa mayor en la pelirroja antes de acortar la poca distancia entre los dos juntando sus labios en un beso.

Mónica tardó un poco en corresponderle pero al final continuó aquel lento y suave beso que el rubio le estaba dando, definitivamente la pelirroja no sabía si era por los muchos años de experiencia que Jasper podría tener o por los sentimientos escondidos que Mónica tenía en su interior pero aquel beso le envió corrientes a cada parte de su cuerpo





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cigarettes || jasper hale (twilight)Where stories live. Discover now