Realidad

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Capitulo doble, por el cumpleaños de Kacchan...
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A Izuku se le cayó el jabón de la mano y abrió mucho los ojos cuando Katsuki entró también a la ducha

— Estás en casa — logró decir

Entonces él, le abarcó el rostro con las manos y le besó cálida y apasionadamente y enseguida, le puso las manos en los hombros y se las pasó por su espalda, haciéndolo acercarse más. Izuku se apoyó contra el mayor, exultante ante la magnitud de su excitación y sintió como una mano le abarcó entonces uno de los glúteos y unos dedos le acariciaron hábilmente la parte más sedosa de su cuerpo, que respondía tan bien a ese contacto. Bakugou notó el temblor que lo recorrió cuando lo llevó al clímax y sus labios absorbieron el gemido de Midoriya cuando lo hizo volver de nuevo a las alturas del placer.

Izuku le acarició los hombros, pasó las manos a sus caderas y apartó su boca de la suya para llevarla a uno de los pezones de Katsuki introducírselo en la boca, no era justo que él mantuviera el control, pero no lo logró por mucho tiempo. Con un movimiento fluido, lo levantó contra su cuerpo y se hundió profundamente en su interior, se quedó quieto por un momento y luego salió, solo para hundirse una y otra vez, incrementando los empujones mientras el ritmo de Izuku se acomodaba al suyo.

— Bueno — dijo Katsuki jadeante — Esta sí que es una buena bienvenida — No había roto esa conexión íntima y Midoriya se agitó un poco mientras le acariciaba el cabello, después, le sujetó la cabeza mientras ladeaba la suya y tomaba posesión de su boca con un leve desliz de su lengua contra la de él.

— Ansioso — le dijo él cuando pudo hablar

Izuku lo notó endurecerse en su interior y esta vez, fue él quien marcó el ritmo y fue dolorosamente lento, con el suave movimiento de dos cuerpos en perfecta armonía. Cuando terminaron, salieron de la ducha, se secaron y se pusieron unas batas

— ¿Tienes hambre? —le preguntó Izuku

Bakugou lo miró divertido — ¿Te estás refiriendo a comida? —

Izuku se ruborizó, cosa que al rubio le encantó — Por supuesto — respondió, tratando de recuperar la compostura — He puesto una cacerola en el microondas y no tardaremos mucho en calentar pan y preparar una ensalada —

Se dieron de comer el uno al otro y aquello resultó un festín de los sentidos, cada bocado resultó una promesa de lo que vendría más tarde

— Creo que debería marcharme más a menudo — Izuku se puso en pie y empezó a recoger la mesa

— Déjalo — y tiró de Midoriya para hacerlo sentarse en su regazo — Te he echado de menos Deku —

Aquella sí que era una admisión que él valoraba. A Izuku tampoco le había gustado estar lejos de él, la casa le había parecido demasiado grande y vacía, lo mismo que la cama, sin el calor humano de su cuerpo, sin sus sabias manos para acariciarlo y despertar estas ardientes emociones en él. Pero no podía decir esas palabras, temía demasiado lo que él pudiera leer en ellas; en vez de eso, inició un beso que duró hasta que Bakugou se levantó con él en brazos y lo llevó al dormitorio. Hicieron el amor larga y dulcemente, alternando lo dulce y lo primitivo durante toda la noche y no volvieron a la cocina hasta más de las doce del día siguiente. Fue entonces cuando a él se le ocurrió preguntar por su viaje.

— Todo ha ido bien, pero tendré que volver a Akita por unos días a final de mes — dijo, sonriendo al ver la decepción del menor

— La otra noche me llevé a Kouta a cenar — dijo Izuku cuidadosamente

Amantes por contratoWhere stories live. Discover now