Reinicio

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Buenas... Ya me estaba dando flojera subir esto, pero bueno, todo sea por festejar a nuestro lord explosivo... Disfruten:

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Bakugou salió del avión, negoció el viaje de vuelta, tomó su bolsa de la carlinga y luego llamó a un taxi. Había sido un vuelo muy largo, unos días tensos de duras negociaciones y estaba agotado. Necesitaba una ducha, un trago de algo fresco y a Izuku; en ese orden, o al revés. Una vez que hubo cerrado el trato, había preferido tomar un vuelo inmediatamente en vez de esperar al día siguiente, lo había echado mucho de menos: su cuerpo esbelto, su aroma y sus risueñas pecas. Había deseado poner sus manos sobre él, observarlo mientras lo llevaba al éxtasis, luego tomarlo duro y rápidamente.

A esa hora de la noche, el tráfico era ligero y el taxi iba bastante deprisa por las calles, húmedas por una lluvia reciente. Cuando llegaron le pagó al con ductor y rechazó el cambio, el sistema de alarma estaba conectado, como era de esperar; ya era tarde y seguramente Izuku estaba acostado, tal vez incluso dormido. Sonrió cuando pensó en despertarlo mientras subía las escaleras. Cuando entró en el dormitorio, se dio cuenta de que algo pasaba, lo podía sentir; encendió la luz y el miedo se apoderó de él al ver la cama vacía. Miró la hora, tal vez hubiera salido y estuviera con un amigo, con Kaminari. Fue entonces cuando vio el sobre que había sobre la cama, se acercó, lo abrió y leyó la nota que contenía; el mensaje era corto, las palabras básicas. La ropa, los regalos, todo lo que le había regalado, estaba en sus cajones. El talón bancario adjunto a la nota era un insulto añadido. Lo recorrió entonces un torbellino de emociones, ira, frustración, rabia y tenía que admitir que no se había sentido tan impotente en toda su vida.

Era medianoche, pero eso no impidió que hiciera algunas llamadas telefónicas y luego volvió a la planta baja, entró en su despacho y envió varios emails urgentes, solicitando algunos favores. No recibiría las respuestas hasta la mañana, así que se sirvió un refresco frío y luego se dio la ducha en que había estado pensando, se acostó, pero no pudo dormir, así que; al amanecer, se levantó, se puso una bata, tomó los primeros mensajes y luego hizo más llamadas. Desayunó y se vistió, poco después se metió en su coche y salió a la calle.

Izuku contuvo un suspiro de alivio cuando sonó el timbre que indicaba el final de la clase. El día había empezado mal, ya que se le había ponchado una llanta de su coche, se había encontrado en medio de un atasco y había llegado tarde al colegio, a partir de allí, todo había seguido de mal en peor. Además, estaba la cada vez más fuerte tensión nerviosa, en cualquier momento, Bakugou llegaría a casa y vería su nota.

Recogió sus libros y papeles y los metió en su carpeta, luego, salió al pasillo y al exterior del colegio; una vez allí, fue hacia donde había aparcado el coche.

— Yo le llevaré el bolso — La conocida voz juvenil lo hizo sonreír y le pasó la mochila

— Gracias, Kouta —

— Tengo algo para usted — dijo el chico, se metió una mano en el bolsillo y sacó un pequeño envoltorio — No es mucho, pero quiero que lo tenga usted, por llevarme a cenar — Izuku se sintió conmovido y se reflejó en su rostro — Ábralo cuando llegue a casa —

Él lo entendió y se lo metió en el bolsillo de la chaqueta — Gracias, Kouta —

— Su novio está ahí — Midoriya sintió que el corazón se le detenía cuando vio a Katsuki apoyado indolentemente en su coche. Se suponía que todavía no debía haber vuelto

— ¿Está bien? —

¿Qué podía decir? — Sí —

— ¿Se han peleado o algo así? — O algo así. Se le hizo un nudo en el estómago y se tuvo que obligar a seguir respirando mientras se acercaban.

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