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–Ya, cuenta todo, ¿De verdad no pasa nada entre tú y el señor perfecto?–Me preguntó Kari una vez en el área de juegos. Los varones se habían ido a jugar un juego de disparos y zombies.

–¿Señor perfecto?–Reí.–No pasa nada, somos amigos.

–¿Cuánto tiempo han sido amigos?–Preguntó Luah

–Nos conocimos por internet. Hemos estado hablando por casi 9 meses y hace poco tiempo que vine.

–¿Nueve meses y no ha habido nada?

Lamentablemente no.

–No, nada.–Respondí.

–¿Y tú no has tenido sentimientos por él?–Hyori se adentró en la conversación.–No te gusta, ¿O sí?

No sabía que decir, no sabía si decirles. A decir verdad, Hyori no me da mucha confianza; Kari, Luah y Saeri me agradaban pero prefería no decirlo frente a Hyori.

No tuve oportunidad de responder, los varones llegaron y Jun tomó mi mano.

–Asalariada, encontré un juego genial, ¿Quieres intentarlo o tienes miedo?

–Mi nombre es Lizzie, Jun, no tienes que llamarme así.

–Asalariada es más divertido.

Reí.–Bien, vamos.

Era un juego de carreras, Jun y yo competíamos y al final del juego, le gané a Jun.

–¡Jaja! ¡Gané!–Celebré.

–No hagas tanto escándalo, te dejé ganar.

–¡Ey! No te creo.–Fruncí el ceño hacia Jun.–Digas lo que digas, yo gané. Justamente.

Ambos sonreímos y regresamos a dónde se encontraban todos.

–¿Te ganó?–Preguntó Jinho al llegar.

–Terriblemente.–Respondió Jun, Todos reímos y noté la mirada de Hyori sobre mí.

Después de jugar un rato en los juegos decidimos ir a comer, todos nos sentamos en una mesa y pedimos algo de carne y un par de botellas de alcohol.

–Y bien Lizzie, ¿Cómo es vivir con Jinho?–Preguntó Luah.

–Uhm, pues, es normal, es decir...–Miré a Jinho. Recordé las veces que Jinho me repitió que comiera su comida, cuando me rogó que me quedara en su casa y así estaría más segura, cuando me preparó el desayuno y le pidió a Jun que me llevara a las entrevistas para hacer mi día un poco más fácil, cuando me dió la idea de escapar, dejar mi estresante vida y ser feliz. Me dió un escape, siempre lo hace.–Es bastante dulce, algunas veces.

Había algo diferente en mi sonrisa cuando lo miraba, lo sabía y no podía evitarlo. Todos lo notaron. Hyori me miraba fijamente como si fuera una niña pequeña que todavía cree en Santa Claus.

Jinho estaba evidentemente incómodo así que desvíe la mirada y la fijé en Kari.

–¿Y de dónde vienes Kari?–Pregunté interesada, ella es de tez morena así que evidentemente era extranjera.

–En realidad somos hermanas.–Aclaró Luah. Fue difícil creerlo al principio, Kari de tez morena y Luah de rasgos asiáticos.–Nuestros padres acaban de casarse así que somos hermanastras, aunque preferimos el término "hermanas de corazón".–Se sonrieron la una a la otra, lo cuál me pareció bastante dulce.

Nunca tuve hermanos, fuí hija única así que siempre deseé uno. Cuando papá se fue estuve muy sola, mamá trabajaba día y noche así que me quedaba sola la mayor parte de la semana.

The Day I Ran AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora