𝐁𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 𝟐 ━━ ♱ Diabolik Lovers ♱ [TERMINADA]

Capítulo O1

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❝LOS DESCONOCIDOS DE LA MONTAÑA.❞

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    Ella era tan hermosa. Su cabellera oscura que yacía atada de forma desordenada cayendo sobre su hombro derecho, le daba esa pinta atractiva que tanto proyectaba, sus labios se encontraban rojos por causas más allá de su labial carmín desarreglado. En ese punto, la hermosa mujer respiraba de forma agotada y sonora.

El hombre debajo de esta sabía que la belleza de ella era algo que cualquiera podía contemplar por horas y jamás cansarse. Por su parte, se encontraba fascinado, pues había imaginado muchas veces ese momento, en donde contemplaría a Alicia Sakamaki estando sobre él.

Reiji acariciaba bruscamente los muslos de su adorada con su dedo pulgar, mientras le miraba estando ella sentada sobre la pelvis de este. Alicia con su bata de pijama; negra, de tela ligera, con los hombros y muslos descubiertos. Mientras que el azabache solo llevaba su pantalón negro y su camiseta blanca completamente desabotonada.

—Lo siento —habló la ronca voz de la chica de ojos carmín tras haber peinado hacia atrás los mechones que le molestaban en el rostro con su mano. Sus ojos estaban directamente en los de él, quien era observado gracias a la luz de la luna que entraba por el balcón.

—¿Qué es lo que lamentas? —preguntó él.

—Sabes a lo que me refiero —contestó ella cortamente. Entonces bajó de el chico, y luego de la cama, dejando sus pies descalzos sobre el helado suelo de la habitación. Reiji se apoyó de sus brazos y levantó su parte superior del cuerpo para verla caminando hacia el balcón.

—¿Es por él? —inquirió manteniendo su expresión fría, pero en su tono de voz se oía el enojo.

—Siempre piensas que se debe a él —respondió Alicia al darle la espalda a su Reiji—. Pero no, no es por él.

—¿Es por ella?

—Te agradecería que no metieras a Yui en esto —se aproximó a decir mientras estiraba su brazo para sostener las cortinas y cerrar una—. La verdadera pregunta es, "¿por qué no por ti?" —se dirigió al otro lado del balcón, en busca de las otras cortinas. Reiji en su lugar, que le seguía con la mirada en cada momento, no dijo nada.

Finalmente, la mujer logró cerrar ambas cortinas y dejar la habitación casi en completa oscuridad.

—¿Como podría amar a alguien... —habló al volver a subirse sobre el azabache, deslizando su pulgar por el labio inferior de él, labios que se encontraban semiabiertos y a escasos centímetros de ella—, Que me respeta solo por ser la mujer que ama? —procedió ella a acariciar el cuello del chico con su nariz, subiendo lentamente hasta su clavícula y luego a su oído—. Las mujeres debemos ser respetadas, no por ser como yo, sino por ser mujeres —susurró. Reiji, absorbido por los encantos de la híbrida demonio, clavó sus colmillos en la muñeca de ella con cierta brusquedad, bebiendo así de su sangre como ella le había estado insinuando. El azabache que entonces no llevaba sus anteojos puestos, oyó una pequeña risilla que provenía de Alicia—. Si es que existió ese Dios del que hablan los mortales, estoy segura de que era una mujer —concluyó ella quitando el Kanzashi de su cabello para así dejar caer su larga cabellera oscura sobre su espalda.