tpa [Minsung]

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Se sintió extraño cuando estuvo así de cerca con Jisung, no tenía razón para acortar la distancia entre ellos, pero lo hicieron. Estaba enojado con él, esperó que su corazón haya acelerado debido al ataque de ira que estaba por agarrarle y no por otra cosa.

Felix ahora mismo le estaba hablando sobre su nuevo amorío, que le duraría no más de una semana, como todos los anteriores. Nunca se interesó en nadie, tuvo dos novias y las dejó a los dos días por no sentir interés, aparte, no quería agredir a nadie frente a su pareja, ni a ella misma. No podía controlarse.

Se preguntaba qué es el amor, ¿por qué nunca se enamoró? Ni siquiera tuvo un leve enamoramiento por una actriz o cantante, nadie lograba entrar al corazón congelado de Minho, aunque no se quejaba, estaba muy bien así.

Tampoco le interesaron los hombres, aunque si tuviera que salir con uno no tendría problema, el problema era que nadie le llamaba la atención ni siquiera un poco.

Hasta que llegó ese bastardo, o mejor dicho, Jisung. No admitiría nunca en su vida que le llamó la atención, aunque claro que no haría nada para mantenerlo cerca, si lo hacía, lo golpearía.

No tiene una razón en concreto como para querer golpear al peliazul, solo quería hacerlo porque se veía como un chico malo y a la vez un niño indefenso, le molestaba la dualidad.

O quizás le molestaba el hecho de que sea tan lindo.

Espera, ¿qué?

– ¿Te pasa algo?– Olvidó completamente que estaba con su mejor amigo a punto de ir a clases. Negó con la cabeza sin mirarlo, había estado encerrado en sus pensamientos por unos largos minutos– Bien, si necesitas algo sabes que estoy aquí.

Y claro que lo sabía, Felix era la única persona que estuvo con él desde pequeños. Todos siempre se alejaban de él por verse intimidante o, simplemente, porque no querían cerca a un raro con ataques de ira como Minho.

– ¿Vamos a Hunnit mañana? Se presentará un rapero famoso– Preguntó el menor mientras seguían caminando, rompiendo un poco el silencio extraño entre ellos, pero para nada incómodo ya que estaban acostumbrados.

– Sí, oí que Zico irá, así que supongo que podríamos ir– Mintió en lo último, no tenía ánimos para ir a una discoteca pero no podría decirle que no a su pecoso amigo, no quería traerle más desgracias o decepciones.