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Su cita con el psiquiatra se adelantó unos días gracias a que Felix lo llamó para que sea lo antes posible. Minho no estaba enojado por eso, sabía que era por su bien y no se quejó aunque quisiera.

El australiano tuvo que pasar con él al consultorio para contarle lo que pasó el viernes a la noche, no serían juzgados ni los demandarían, lo que sería más lógico, ya que entre los tres se deben favores.

– Agradezco que seas un conocido y no alguien que pueda delatarnos– Rió el pecoso. Tenían suerte de que Jaehyun haya estudiado la carrera de psiquiatría, o estaba en eso. Le quedaban dos años para recibirse, pero estudió lo suficiente el trastorno de Minho.

– Tranquilos, les debo muchas– Sonrió y se apoyó en su escritorio– Como te dije antes, estás mejorando pero te falta bastante para volver a estar bien y dejar estas citas. ¿Hay algo o alguien que pueda ayudarte a que todo sea "más rápido"?– Hizo comillas con los dedos, el castaño menor entendió qué significaba eso, no era nada fácil.

– Felix, ¿puedes salir un momento?– El nombrado le hizo caso y los dejó solos– ¿Cómo sé si una persona puede ayudarme o no?– Jaehyun le explicó cómo se sentiría una persona con otra en su situación, resumiendo todo lo que le dijo, se siente cálido.

Cuando terminó la cita, el camino a casa fue silencioso, el pecoso sabía que algo andaba mal.

– ¿Estás bien?– Desde lo sucedido el viernes estuvo más atento al mayor de lo normal.

– No te preocupes, ve a casa– Sin dejar que conteste, cruzó la calle para irse por su lado.

Tuvo suficiente tiempo para pensar en Jisung. No tenía ni idea de por qué no salía de su cabeza, no es como si hubiesen tenido una conversación decente. Quizás no se sentía cálido como Jaehyun le dijo, o quizás sí, pero no quería hacerse ilusiones, era estúpido.

Se estaba recuperando, luego de tantos años puede abstenerse de golpear a alguien. Se supone que no tiene que preocuparse por nadie, ¿entonces por qué con Han fue diferente? Al verlo lo único que quiso hacer era protegerlo.

Era de noche y no tenía a donde ir ya que su madre no abría la puerta y él perdió las llaves la otra noche, no iba a molestar a Felix otra vez. Estaba tan concentrado en sus pensamientos que chocó el hombro con alguien con una cabellera azul bastante conocida.

– ¿Jisung?– Gracias dioses, se los agradezco tanto, pensó el mayor.

– Ah, hola, Minho.

tpa [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora