No vale la pena.

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—Kennerson ¿¡a dónde estas yendo!? —exclamó Helena— Estoy perdiendo tu conexión.

—Estoy bajando hacia un lugar subterráneo, he tenido contacto con Melissa —respondí

—Si entras allí no podré contactar contigo ni saber tu estado.

—No te preocupes, si en menos de media hora no vuelvo a contactar contigo dame por muerto. Aún que claro que eso no ocurrirá.

—Está bien, te hablo en 30 minutos. Corto.

Cuando terminé de bajar las largas escaleras, llegué a un lugar oscuro, para variar.

Estaba bastante frío, como todo lo que había en el pueblo allá arriba.

Con la linterna comencé a querer adivinar en donde estaba, pero solo veía papel de muralla sucio y un gran candelabro de madera oscura colgando del techo.

En el centro del lugar había un sofá rojo destruido. En él habían colillas de cigarro y unas cartas del póker.

A Jack le encanta jugar al póker, pero es pésimo.

Sonreí por unos breves momentos, hasta que un ruido me desconcentró.

Lo escuché desde mi derecha, así que apunté con la linterna y el cuchillo hacia allí.

Había solo una puerta de madera, con rastros de termitas en ella.

El auricular comenzó a hacer sonidos de interferencia, como si fuera una televisión sin señal, así que lo desconecté.

Me dirigí hacia esa puerta y la abrí lentamente. No pasó lo que esperaba, nadie saltó a asesinarme mientras la abría y me pegaba un susto, lo que me pegó fue un olor a desagüe increíble.

Que bien.

Adentro de la oscura habitación solo lograba ver camas, unas 30 camas.

Frente a mí había una puerta con un letrero que decía "Bathroom". Eso explica el desagradable olor, así que ni entraré a inspeccionar allí.

Todas las camas estaban desordenadas, algunos colchones estaban agujereados y otros hasta quemados.

Solo me acerqué a una de las camas, que encima de ella había un papel con manchas de sangre.

"Aneth Baker, 1 de junio de 1943.

Mi hermana tenía razón, no sería tan terrible como lo imaginábamos. El alcalde siempre nos ha protegido y está no será la excepción. Luchó contra el paganismo y fácilmente lo hará con el comunismo. Tantos impuestos han valido la pena y hoy podremos estrenar la nueva iglesia. Aún que encerradas aquí abajo no hay mucho que unas muchachas como yo y mi hermana podamos hacer. "

¿Por qué esto está escrito hace más de 50 años?, ¿qué les ha sucedido a estas personas?

En la cama siguiente había otra nota.

"La muchacha del lado ha sido en varias ocasiones quien me ha inspirado a encontrar un rumbo en este encierro. Fue quien varias veces me ayudó a levantarme de la cama cuando yo ya había renunciado a todo. Hizo bastante por mí, teniendo solo 16 años.
Hoy, 27 de junio su cuerpo ha amanecido ahorcado en enfermería, estuvo sus anteriores días con síntomas de tener Tularemia... su piel se le caía a pedazos. Cuando su hermana la vio colgada no hizo más que lanzar gritos desesperados por todos lados, negando la inminente sensación de soledad que sabía que se le aproximaba.
Aneth, te extraño. Pero estoy segura que tú hermana Edith te extraña mucho más."

Junto a esta última nota había una especie de mapa que pareciera que le hubieran cortado por la mitad.

Junto a esta última nota había una especie de mapa que pareciera que le hubieran cortado por la mitad

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Tras el mapa decía "Bunker Project 1942"

Había gente encerrada aquí, ¿por qué los encerrarían?

A la izquierda había otra puerta, que no desprendía olor a excremento como la del baño, así que con gusto iría hacia allí.

Crucé la puerta y como por instinto iluminé con la linterna hacia otra puerta que había cerca, que se cerró de golpe.

Tenía miedo, mi corazón comenzó a acelerarse, las manos me sudaban y podía oír y sentir en mis oídos los latidos de mi corazón.

En la habitación en la que estaba solo logré ver sofás, mesas y juegos de ajedrez. Pero no me dio tiempo de examinar más, pues quise ir inmediatamente hacia la puerta que se había golpeado.

Tomé la linterna con la mano derecha y con la izquierda mi cuchillo listo para defenderme de ser necesario.

Ya no quería más, si moría en este instante solamente se tardarían media hora en descubrirlo. Helena me intentaría contactar y no recibiría respuestas, y estoy seguro que moriría solo, porque pase lo que pase nadie más se atrevería a llegar a zona muerta a recoger mi cuerpo.

Abrí la puerta sin dudarlo mucho y...

Nada.

Era una escalera pequeña que me llevaba hacia abajo. Sin embargo lograba oír ruidos como de gruñidos, mezclado con algunos sollozos.

Bajé en completo silencio solo para ver una escena horrible.

Una mujer tirada en el piso con otro hombre encima de ella agarrándola por la boca.

La mujer se movía, intentando liberarse de él, pero ese hombre tenía evidentemente más fuerza.

Me acerqué rápidamente y lo apuñalé por detrás con miedo a su reacción.

Le saqué el cuchillo, el hombre se levantó con un tentáculo idéntico al del leñador por el brazo y luego se desparramó en el suelo.

La mujer gritaba desesperada, rasguñándose el cuello y retorciéndose de... ¿dolor?

De pronto desde la oscuridad apareció un pie que aplastó con crueldad la cabeza de la mujer he hizo mover la habitación entera solo de ese pisotón.

Apunté despavorido y adrenalínico a quien había asesinado a la mujer.

Era un hombre alto y robusto. Medía aproximadamente dos metros y medio, era calvo y usaba un traje de cuero opaco.

—Pronto se iba a convertir en un muerto viviente... no vale la pena —dijo aquel hombre con un tono muy ronco, como si fuese un fumador compulsivo.

—¿Quién eres? —le dije apuntándole con el cuchillo.

—Mis perros ya deben haberte dado la bienvenida, ¿no? —dijo con un tono sarcástico—. Soy El Señor.

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