No hay manera de salir de acá.

8 1 0
                                    

Intenté ver si Daniel estaba por ahí, pero la polvareda no me dejaba.

Me di media vuelta para ver en donde me encontraba, era un corredor que no estaba en el mapa que había visto antes.

Debido a la explosión las luces comenzaron a apagarse por breves segundos, y luego se volvían a encender.

El corredor tenía luces colgando del techo con los cables expuestos. Era muy bajo y todo era de concreto. Al ser de este material se sentía mucho más el frío en este sector.

Caminé por ahí mientras escuchaba goteras y ruidos como si hubiera un cortocircuito constante.

El corredor me llevó a una estrecha y alta habitación de concreto, al otro lado había un especie de mesón, como si fuese una recepción. A cada lado de este mesón había una rejilla de puerta.

Aquí dentro había otra vez olor a humedad, exactamente igual que en el pueblo, pero esta vez el olor estaba mezclado con el de excremento.

Decidí irme por la rejilla de la derecha, pero estaba cerrada. Preferí irme hacia la de la derecha pero cuando pasé frente al mesón habían unas notas.

"13 de noviembre de 1946

Estos idiotas creen que escapar es muy fácil.
Hoy un italiano ha intentado fugarse.
Lo conseguimos capturar y lo dejamos encerrado en la sala de interrogaciones... al otro día amaneció congelado, literalmente. Esa habitación sí que es helada"

¿Compañeros de celdas?, ¿Sala de interrogaciones?

Una gota de agua cayó sobre la nota, miré hacia arriba y habían un montón de tablas de maderas cruzadas de lado a lado.

Ahora sí me dirigí a la puerta de la izquierda, la abrí y el olor a excremento era peor.

Era una habitación más angosta que la anterior. Comencé a inspeccionar con la mirada y me di cuenta que esto era una especie de prisión, a mi izquierda habían 10 celdas y a mi derecha una puerta de metal oxidado.

Comencé a caminar entre las celdas y podía ver excremento humano en cada esquina, habían cadáveres secos atados con esposas a los barrotes.

Un cadáver tenía una nota en la mano, me acerqué lentamente y leí.

"5 de Agosto de 1946

Hoy mi compañero de celda, Bob, me ha contado porqué está aquí. Es del Reino Unido y había sido un espía infiltrado en Estados Unidos luego del ataque al Pearl Harbor. Duró unos cuantos días encubierto, pero lo descubrieron y lo trajeron aquí. Solo Dios sabe en donde estamos.

13 de Agosto de 1946.

Sin previo aviso, un grupo de militares se llevó a Bob de la celda y se lo llevaron por la puerta que está al fondo, esa de metal.
He escuchado que ningún prisionero que haya cruzado esa puerta ha vuelto con vida. A veces los guardias salen con bolsas de basura gigantes, espero que no sean los cuerpos de nuestros compañeros. ¡Arriba Italia!

14 de Agosto.

Hoy he escuchado a Bob gritar como nunca, pero sus gritos cesaron de un momento a otro. No se ha oído ningún balazo.
En la tarde se llevaron a aproximadamente 6 prisioneros por esa misma puerta. Eran los últimos que quedaban. Solo quedo yo. ¿Seré el próximo?

18 de Agosto.

¡Es obvio que soy el próximo! No hay manera de salir de acá.

13 de Noviembre de 1946.

Ha pasado harto tiempo desde que escribí aquí, pero hoy habrán menos guardias que de costumbre. Lo sé porque los he odio cuchichear. Intentaré fugarme. Dios dame fuerza. Italia vencerá"

Hasta ahí llegan los escritos.

Esto es inhumano, pero no me espero mucho viniendo de este lugar.

Leer aquello me dio curiosidad, quizás el líder de Oceanía está o estuvo acá.

Me dirigí a esa puerta de metal oxidado, la abrí mientras rechinaba y sentí como si un hielo gigante me hubiera golpeado. Esta habitación era realmente helada.

Era un lugar pequeño. Había una mesa de madera podrida en el centro, nada que examinar. Excepto un trozo de papel doblado que abrí.

 Excepto un trozo de papel doblado que abrí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Era un trozo de mapa. Pero seguía faltándole otro pedazo.

De pronto escuché el sonido de una puerta cerrándose de manera abrupta.

Salí de la habitación y me fijé que no había sido la rejilla de las celdas, sino la otra que estaba cerrada. Porque había sonado como metal.

Salí de las celdas y nuevamente fui hacia allí, y efectivamente había sido abierta.

Entré y me encontré con una escalera que bajaba hacia la izquierda.

Mientras bajaba la escalera el sonido de las gotas se intensificaba, al igual que el frío del ambiente.

Bajé y estaba ante un lugar extraño.

Era literalmente una caverna gigantesca, donde estaba lleno de agua congelada, era hielo, hielo y más hielo.

Yo estaba sobre una galería de metal, a mi derecha veía una especie de almacén, que lucia más bien como un granero. Había sido construida sobre cimentos duros.

Cuando quise entrar al almacén noté que al lado de este había una especie de casa.

No le di importancia y entré al almacén, en donde habían muchas varas de metal, contenedores inmensos y un mesón en el centro.

Me dirigí hacia el mesón y...

—Kenny.

Me volteé para ver quien me hablaba. Era Melissa.

Tomé cautelosamente mi cuchillo, ya no sabía de lo que esta mujer era capaz.

—Tranquilo, solo vengo a conversar. Debes estar muy confundido, ¿no? —explicó Melissa

ZELANDAWhere stories live. Discover now