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sobre cómo yo hacía que todo este perfecto para él


Dí vuelta a la hoja y giré mi cabeza para ver el reloj colgado en la pared, ya era la hora.

Me dirigí a la mesa que a él parecía gustarle bastante, y saqué dos de las sillas para colocarlas lejos de allí, él necesitaba espacio para acomodarse bien. Luego fui hasta el pasillo de las novelas y busqué el nombre que me había escrito en la mano el día anterior, The Heart is a Lonely Hunter de Carson McCullers , pasando mi dedo por cada libro. Ese era el libro que el que le había visto el día anterior, y yo tenia la costumbre de siempre intentar leer lo mismo que él, así tal vez algún día podría llamar su atención. 

En cuanto lo encontré, tome dos ediciones y corrí hasta su mesa para apoyar el libro allí, antes de volver a mi puesto de trabajo detrás del mostrador.

Mientras leía espere a que la aguja diera las tres, y en cuanto oí un ruido saqué mi vista del libro para mirar hacia la entrada. Allí estaba, pasando por las puertas que yo siempre dejaba abiertas para él. Todo en el era llamativo, y aunque su cabeza siempre estaba baja, sabia que sus ojos eran de color azul porque lograba verlos todas las tardes mientras lo observaba leer. 

Él leía libros todos los días, y yo lo admiraba todo los días.

El chico guió su silla de ruedas hasta su mesa; siempre elegía la misma y yo siempre la preparaba para él. Al notar el detalle con el que se encontraba todos los días sonrió, pero ni siquiera se digno a mirarme, al igual que siempre. Se acomodó y tomó el libro que le había dejado, volvió a curvar sus labios y sin mas comenzó a leer.

Retomé mi lectura e intente concentrarme lo más posible en las palabras que mis ojos percibían, lo cual era bastante complicado teniendo en cuenta su presencia.  

A veces me molestaba el hecho de que nunca me daba las gracias, pero parecía ser un chico tímido así que no lo forzaría a nada. Ademas, mentiría si dijera que mi obsesión por él no era tan grande como la que tenía por los libros, no se que haría un simple 'gracias' en mi. 

En fin, todo de él me atraía, y utilizando una expresión que a mi me gustaba pensar para referirme a él: necesitaba leerlo.

La novela en mis manos se trataba sobre dos amigos mudos, pero aun siendo un libro muy interesante mis pensamientos estaban en otro lado. Yo amaba leer, y el hecho de haber descubierto algo que superaba mi fascinación por las historias ficticias de los libros, me aterraba.

Cuando el entraba en la biblioteca, todas las demás personas parecían desaparecer. De pronto, estábamos únicamente él y yo, solo que nunca habíamos siquiera cruzado una mirada. Quería llamar su atención de alguna forma, eso estaba claro, pero jamas se me cruzaría por la cabeza el hablarle o incluso acercarme a él; no es que fuera tímido, pero había algo en ese chico que me hacia verlo como algo delicado, difícil de tocar. 

Cada libro es un mundo apartado de todos los demás, al igual que las personas. Y yo siempre pensé, o mejor expresado: supe, que él debía de poseer el mundo mas maravilloso que podría encontrar en cualquier otro sitio, libro o persona.


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sorpresa! estoy volviendo a publicar limerencia pero voy a ir publicando los capitulos un poco editados (:

si hay alguien que todavía esta interasadx en esto mil gracias



limerencia • mukeWhere stories live. Discover now