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sobre como su felicidad era la mía


La noche anterior había divagado en mi mente hasta que ,con el eco de su voz aun en mi cabeza ,entendí que lo que había intentado decirme era profundo. La idea de él estando triste, me deprimía.

Siempre solía imaginarlo riendo, y ahora lo único que mi mente podía crear eran sus ojos azules tapados por una capa cristalina, lágrimas cayendo por sus rosadas mejillas y sollozos, continuos sollozos.

Sentí un nudo en mi garganta al recordar la imagen. Su estado de animo siempre era la razón del mio pero lo irónico era que jamás sabia como él en verdad se sentía, yo solo suponía que estaba feliz porque lo veía sonriendo mientras leía. Y puedo decir, por experiencia, que el leer te separa de la realidad y tal vez esa era la razón de su felicidad.

No voy a mentir, yo también usaba ese método cuando estaba mal. Pero la pregunta era, entonces, cuan a menudo él lo usaba para sentirse mejor; y ahí recordé que venía todos los días.

No iba a dejar las cosas así. Él era importante para mi y no soportaba la idea de que se desvalorizara cuando yo lo veía perfecto, e incluso esa palabra no alcanzaba para explicar todos mis sentimientos, de hecho creo que ninguna palabra podría.

En esos momentos me encontraba en la biblioteca, el chico estaba leyendo en su mesa y yo en el mostrador, como era de costumbre.

Al llegar la hora de su partida él cerró el libro con suma delicadeza como yo lo hacia, me gustaba entenderlo.

Lo vi manejar su silla de ruedas hasta llegar a la puerta, que para mi suerte se encontraba justo enfrente al mostrador, y respire hondo.

—¿Puedes venir un momento?—le llame, sentía mis ojos aguarse por el simple nerviosismo que sentía en aquel momento.

Él chico paro en seco al escuchar mi voz, tardó unos momentos en volver a moverse pero finalmente dio vuelta su silla lentamente y se dirigió hasta el mostrador. Sonreí al ver su rostro cerca.

—Yo q-quería decirte algo.—hablé y él subió la vista hacia mi.

Hice lo mejor que pude para calmar mis emociones y deslice mi mano por la fría madera hasta llegar al bolígrafo, colocado anteriormente en el borde del mostrador, y lo empuje suavemente dejándolo caer mientras procuraba que todo se viera lo más casual posible. Como había sido planeado, él se dio cuenta y coloco su mano debajo sin ningún sobresalte, siguiendo la dirección en la que el objeto estaba cayendo para poder atraparlo con su palma.

Él me lo extendió y le dedique una sonrisa, tomando con mis temblorosas manos el bolígrafo.

—Gracias, si hubiera sido otra persona estoy seguro que no hubiera tenido la rapidez necesaria para atajarlo a tiempo.—le asegure, y pude ver como se formaba una sonrisa es sus labios, pero esta sonrisa no era la pequeña sonrisa que me había dado el día anterior, esta era verdadera.

Podría haberme muerto en ese exacto momento y me habría ido feliz, pero eso no era lo que hubiera preferido. Porque yo tenia toda una vida por delante, y no me hubiera gustado el desperdiciar la posibilidad de compartirla con él.

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no planeaba subir hoy pero como es el cumpleaños de michael teniA QUE



limerencia • mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora