Oculto frente a la consciencia.

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V.
Oculto frente a la consciencia.

1974.

Al comienzo del año Sirius tiene al menos la tercera parte de lo que era su armario. Muchas cosas le quedaron chicas y otras definitivamente no volvería a usar. Walburga envió a Kreacher un par de veces a supervisar su armario, y otro par para dejar nueva ropa sobre su cama. Sirius no decía nada, porque su madre no lo hacía «Me cortarías la lengua si te la mostrara ¿Cierto, madre?», no quiso descubrirlo, de cualquier manera Walburga no se aparecía por su habitación. ¿Estaría enseñándole maldiciones a Regulus?

En cuanto terminó de ordenar su baúl, Kreacher subió con la cena y una sonrisa burlona en el rostro, Sirius tampoco quiso saber de qué carajo se burlaba el elfo. «Estupida alimaña».

No es necesario buscar a su amigo en ningún vagón al subir al tren. James está a un lado de ellos, sonriendo con entusiasmo, abrazando y besando a sus padres de manera muy efusiva, Euphemia le recuerda usar todas sus protecciones al jugar Quidditch y que no permita que ninguna bludger golpeé su cuerpo, James alardea sobre sus habilidades, y Fleamont vitorea los movimientos que James seguramente hará al juegar. Sirius vuelve la mirada a su madre cuando siente un apretón en su hombro.

— Siempre Black, Sirius —y Sirius sabe a lo que se refiere de inmediato—. Espero ninguna carta.

Sirius asiente y ve cómo su madre se despide de su hermano tal y como solía hacerlo de él. Y no le importa. «No eres como ellos» «Ni Black. Ni Potter». James lanza un brazo sobre sus hombros y comienzan a caminar al tren.

— Encontré un libro genial mientras tenías la nariz metida en sabrá Merlín qué, muestra paso a paso cómo convertirse en animago —cuenta con emoción. Sirius rueda los ojos y quita su brazo de los hombros.

— ¿Recuerdas que debemos leer un montón de cosas antes de siquiera intentar cambiar?

— ¡No seas aguafiestas, Black! —exclamó, subiendo al tren por delante. Sirius tarda dos segundos más en subir al tren.

«Es tu nombre»

No es un insulto, James no lo dice para insultar, solo está siendo James. Lo alcanza en el compartimento y comienza parlotear, Sirius se le une de inmediato, callando las voces, o quizá dándoles rienda suelta.

— De todas maneras, McGonagall hablará de eso en algún momento, podemos ver algún libro —sugirió.

— ¡No me jodas! ¿Dónde está lo divertido? —bufó y se dejó caer completamente en el asiento.

Dejaron el tema para cuando estuvieran en el colegio con Remus y Peter, juntos decidirían qué hacer.

El resto del camino bromearon y lanzaron golosinas, James incluso habló de la familia que Sirius había visto en navidad. No podía sentirse más fuera de lugar, él jamás hablaría de su tía Lucretia (o de cómo maltrató a su elfo), ni del tío Cygnus, o su tío Alphard. No envidiaba su parloteo, sus familias era completamente diferentes.

Al llegar al colegio, después de la cena y la bienvenida de Dumbledore, donde aprovechó para presentar a un conserje con cara molesta y una horrible gata que se mantenía sobre su hombro, "la Sra. Norris". Hasta que estuvieron resguardados en la habitación, Peter se paró en el medio con el pecho muy inflado, lo que le daba un aspecto más regordete y gracioso.

— Tienen que saber algo —anunció sonriente y entusiasmado, incluso su rostro se había puesto colorado. Sirius sacó un par de cosas de su baúl antes de prestarle atención.

Sirius Black © [Wolfstar]Onde histórias criam vida. Descubra agora