"Beso de bienvenida"

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Buenas tardes mis preciosas criaturas, lamento no actualizar ayer, pero tuvo problemas de conexión todo el día, pensé que se mejoraría, pero no lo hizo, lo siento. Así que aquí les traigo el capítulo que correspondía al de ayer, que es un beso de bienvenida, en un rato subiré el de hoy, para estar al día nuevamente. 

Muchas gracias por sus comentarios, me hacen muuuy feliz!!! Espero les guste el capítulo de hoy! 

Perdonen todos mis errores!

Disfruten de su lectura.

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Makoto miró la hora en su celular, no se esperaba tener clases recuperativas ese mismo día, lo que le hizo retrasar todos sus planes mentales, estaba algo preocupado, pues ese día Rin llegaría de Australia y se suponía que lo iba a ir a buscar al aeropuerto como el buen novio que era, pero ahí estaba, encerrado en la universidad poniendo atención a duras penas, no quería decepcionar al pelirrojo, le había prometido el ir a buscarlo y darle la bienvenida en Tokyo. Suspiró algo frustrado mientras golpeaba su dedo índice contra la mesa, hoy tendría que haber salido temprano, así podía al menos comprar un regalo y por qué no, darse el lujo de preparar una cena, había practicado cómo hacer arroz correctamente toda la semana y ya le estaba agarrando el ritmo, o eso es lo que él creía. Suspiró ansioso cuando vio que el profesor no tenía intenciones de terminar pronto la clase, entonces comenzó a preguntarse sobre sus prioridades, ¿La universidad o Rin?, era una pregunta cruel debido a que las dos opciones eran prioridad en su vida, quizás debería descartar algunas cosas de su plan como el de comprarle un regalo de bienvenida, y quizás también el de tenerle la cena lista para cuando llegue... Esto era un desastre, y la expresión máxima de su mala suerte que le recordaba no planear nada, pues el futuro era impredecible.

Estaba al borde del llanto cuando vio que pasó una hora y un mensaje de Rin avisándole que el avión había llegado ya al aeropuerto. Su calvario por fin había terminado, así que guardó rápidamente todas las cosas y despidiéndose con un gesto, se largó corriendo del lugar, está bien, podía darle el regalo y cocinarle después, pero sí o sí tenía que ir a buscarlo al aeropuerto. Corrió como pudo entre las calles aglomeradas de Tokyo, no pudiendo evitar chocar con las personas.

—Perdón, ¿Estás bien? —Preguntó una chica con la que había chocado y provocado que el café que llevaba se derramara sobre él.

—Sí, fue mi culpa, no te preocupes —Sonrió para luego seguir con su carrera, llorando internamente porque estaba usando ropa nueva y ahora se le había estropeado.

Tomó uno de los buses que lo acercaban al aeropuerto, pudo respirar un poco. Iba parado pues el bus estaba repleto, sacó su celular para enviarle un mensaje a su novio para decirle que ya iba en camino, pero como si fuera poco, el bus de pronto frenó tan fuerte que le hizo soltar el celular para que cayera lejos de él. Se disculpó con las personas mientras avanzaba dificultosamente hacia donde había llegado su celular, sólo para que, al recogerlo, viera que su pantalla se habría trizado en algunas partes, lo que le hizo sentirse horrible y más hundido en su miseria, al menos aún funcionaba afortunadamente.

Rin miró por todos lados en busca de una cabellera color oliva, pero no la encontraba, se detuvo para enviarle otro mensaje a su novio, preguntándole dónde estaba, al terminar el mensaje, dirigió su mirada al frente, asustándose por la repentina aparición del chico de orbes esmeraldas, que trataba de recuperar el aire mientras se apoyaba en sus rodillas. Lo miró detenidamente, envuelto en sudor, sin aire y con la ropa toda manchada.

—¿Qué te paso? —Preguntó curioso y preocupado.

—Yo... Casi no lo logro... Perdón, quería darte una buena bienvenida, pero... No pude hacerlo —Dijo totalmente decepcionado de sí mismo. No podía mirar al pelirrojo, pues estaba muy apenado.

—Idiota...

—¿Eh? —De pronto sintió cómo suavemente Rin lo tomaba de la cara con ambas manos y acercó sus labios a los suyos, en un tierno y largo beso. Makoto suspiró, los besos del de orbes escarlatas eran lo mejor que había probado en sus vidas.

—Con que tú estés, ya es una buena bienvenida —Dijo al separarse, acariciando las mejillas sonrojadas del más alto— Ya llegué.

—Bienvenido —Sonrió Makoto, para luego ser besado nuevamente. Sintiendo que, si era por esto, correría mil veces más, sólo para darle la bienvenida a Rin. 

MakoRin Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora