Mirar Las Escenas De Libertinaje.

Capítulo XXI.

Wen Qing comenzó gradualmente a pasar más tiempo fuera de casa, ahogando sus días en un cine privado.

Tenía que permitir que los otros dos interactuaran en privado para que pudieran fomentar sus sentimientos.

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El dueño del cine era un hombre que tenía una gran barba y era unos diez años mayor que él. Se vinculó bastante bien con el otro. Cuando vio a Wen Qing, Gran Barba dijo bromeando: "Tengo miedo de que vengas aquí. La habitación se llena con el hedor del tabaco cada vez que te vas".

Wen Qing sonrió: "Soy adicto a fumar".

Gran Barba se burló haciendo que su barba se moviera junto con su boca. "No he visto a alguien que sea tan adicto como tú". Se detuvo por un momento antes de continuar: "Debes cuidar tu salud joven, fumar realmente no es bueno para ti".

Wen Qing rió con indiferencia.

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A Wen Qing le gustó este lugar.

Era bastante bueno y la iluminación era tenue. Era un buen lugar para pensar cosas y recordar recuerdos. También podría ver la historia en la pantalla si alguna vez se aburría.

Era el lugar perfecto para desperdiciar la vida.

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Wen Qing agarró la caja de cigarrillos para descubrir que estaba vacía. Frunció el ceño y hurgó en los bolsillos de su ropa, pero fue en vano, no encontró ninguno.

Wen Qing se recostó en el sofá frente a la pantalla y era demasiado perezoso para levantarse. Originalmente había planeado tratar con eso.

Sin embargo, al final, sus impulsos se hicieron cada vez más difíciles de ignorar. Su mente se volvió inexplicablemente irritable. Wen Qing tiró de su cabello y decidió ir a comprar unos cigarrillos.

Gran Barba no vendió la marca que fumaba.

Wen Qing estaba considerando si hacer un viaje al supermercado o comprar algún otro paquete al azar.

Una caja de Marlboro apareció de repente ante sus ojos. Wen Qing levantó la vista para ver a Wen Bai.

Tomó los cigarrillos, encendió uno y dio una larga calada antes de preguntar: "¿Por qué estás aquí?".

"Para encontrar a mi maestro". Wen Bai señaló a Gran Barba.

Wen Qing asintió y pensó en cómo él ya no podría visitar este lugar con demasiada frecuencia en el futuro.

Agitó el paquete de cigarrillos en su mano, dio las gracias al otro y regresó a su caja de teatro.

No poco después, Wen Bai también entró y se sentó junto a Wen Qing. Su mano descansaba en el borde del sofá como si estuviera envolviendo sus brazos alrededor de Wen Qing.

"¿Por qué no estás con Yan Han?".

Wen Qing miró a Wen Bai antes de responder debidamente: "Está en casa".

"Escuché que Yan Han incluso se arrepintió y regresó al camino de la virtud para ti. Parece que he subestimado la capacidad de un hombre bueno para nada".

Wen Qing miró en silencio hacia la pantalla como si no hubiera escuchado las burlas de Wen Bai.

Una ira sin sentido creció gradualmente en el corazón de Wen Bai. ¿Por qué perdió el deseo por toda la comida y la bebida para este hombre, mientras que este hombre continuó viviendo una vida de ocio con indiferencia?.

"¿Qué? ¿Te jodió Yan Han hasta que no pudiste hablar?".