Mirar Las Escenas De Libertinaje.

Capítulo XXIII.

Yan Han asintió y soltó a Wen Qing, "Sal y come, la comida está preparada".

"Bueno".

Yan Han todavía no se fue. Wen Qing se volvió y miró en dirección a la mirada de Yan Han. Era el Marlboro que Wen Bai le había regalado.

"¿Qué pasa?", Preguntó Wen Qing.

"Nada". Yan Han sonrió. "Estaba pensando si debería hacer que dejes de fumar".

Wen Qing rió con indiferencia y fue a lavarse las manos en el baño.

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Para cuando salió, Yan Han ya se había ido. El paquete de Marlboro había sido arrojado en un contenedor cercano.

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Durante la cena, Wen Qing dijo de repente: "Saldré de viaje en unos días".

"Hmm?".

"Ciudad H tiene una exposición internacional de fotografía. Voy a echar un vistazo".

"¿No te vas a ir por unos días entonces?".

"Por cerca de una semana, creo. Echaré un vistazo a la Ciudad H mientras estoy allí".

Yan Han asintió. "Está bien". Se detuvo y miró a Wen Qing antes de enfrentarse a Yan ZiChen y le dijo: "Entonces tendré que ir a tu casa esta semana si quiero comer algo delicioso".

Yan ZiChen miró secretamente a Wen Qing antes de que se sonrojara y dijera en voz baja: "Puedo venir y cocinar para ti".

Wen Qing levantó las comisuras de su boca y bebió un sorbo de sopa.

Una semana debe ser lo suficientemente larga.

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Wen Bai lo acompañó cuando fue a la Ciudad H.

Wen Bai se sentó a su lado en el avión como si esperara su aspecto por completo. Wen Qing sonrió: "Pensé que tal vez querías despedirme cuando me preguntaste sobre mi número de vuelo, pero nunca imaginé que fuera porque querías ir conmigo".

Wen Bai no respondió nada.

Después de un rato, cuando Wen Qing se sintió un poco adormilado, Wen Bai dijo de repente: "¿No nos parecemos mucho a los amantes que se están fugando?".

Wen Qing se echó a reír: "¿Todos los niños tienen tanta imaginación?".

Wen Bai tomó la mano de Wen Qing, "Durante esta semana, se olvidará de Yan Han y pondré a un lado a la Compañía Wen".

Wen Qing sonrió en silencio y permitió que la cálida palma de Wen Bai cubriera el dorso de su propia mano.

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Wen Bai siguió a Wen Qing cuando entró al hotel. Wen Qing se detuvo frente a la habitación del hotel y Wen Bai se detuvo en sus movimientos, esperando que él abriera la puerta.

Wen Qing estaba a punto de decir algo cuando Wen Bai se acercó y tomó su equipaje con una mano mientras agarraba la tarjeta de la habitación y abría la puerta para entrar. Wen Qing no sabía si reír o llorar cuando lo dejaron en la puerta.

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"Sólo hay una cama".

"Lo sé." Wen Bai asintió con la cabeza.

Wen Qing continuó: "No hay espacio para que duermas".

"No podrías echarme, ¿verdad?" Dijo Wen Bai ya que él ya había comenzado a quitarse la ropa.

Wen Qing subconscientemente quiso desviar su mirada, pero también pensó que parecería demasiado deliberado si lo hiciera y, por lo tanto, se detuvo. Ya era tan viejo. Ya no era un niño inocente.

"¿Crees que soy guapo?" Wen Bai preguntó de repente en voz baja.

Inicialmente, Wen Qing fue llevado de vuelta antes de que él sonriera impotente y asintiera, "Sí, sí. Eres guapo".