Día de picnic

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Vegeta acababa de tomar un baño. Llevaba 10 meses en la habitación del tiempo, 2 meses más y saldría más fuerte que nunca. No era necesario que Trunks entrara a la habitación, pues él era el que iba a derrotar a ese bicho, pero no le vendría mal a su hijo ese entrenamiento.

Cada vez que se metía en la ducha recordaba la ducha de corporación cápsula, de su hogar. Era increible como alguien como él había podido establecer eso, un hogar. Pero de lo que se acordaba no era de la ducha en sí, lo que recordaba era que Bulma varias veces se había metido a la ducha con él. Al principio lo buscaba ella, entraba cuando sabía que él se estaba duchando, y a sabiendas de que teniendola enfrente desnuda y con el agua caliente corriendo por su piel no iba a poder resistirse.

Luego la buscaba él, cuando sabía que la humana estaba en la ducha entraba. Ni siquiera tenían que decirse una palabra, con sus besos y caricias lo decían todo. Salió de la ducha decidido a comer algo y echarse a dormir. No quería pensar en nada. Bulma le volvía débil, porque ella era su debilidad. Y un hombre con debilidades era fácil de vencer, ya que sus enemigos siempre podrían hacerle daño a través de estas. Por eso nadie podía saber nunca jamás que Bulma era su debilidad, ni siquiera los insectos de sus amigos.

Bulma mientras tanto seguía trabajando en el laboratorio, era lo único que podía hacer por sus amigos. Su madre apareció acompañada del pequeño bebé Trunks y de Yamcha.-Bulma cariño ha venido Yamcha a verte,¿porqué no descansas un rato?-

La mujer de pelo azul ya había rechazado hacía poco la oferta de Yamcha de pasar un tiempo juntos, quizás le viniese bien descansar, y luego retomaría el trabajo con más ganas. Además también quería pasar algo de tiempo con su hijo.

Yamcha pensaba que Bulma iba a negarse otra vez a su compañía, pero para sorpresa suya no fue eso lo que ocurrió.

-Está bien,necesito un descanso, vayamos a kame hause está tarde.-

Yamcha sonrió para sus adentros, por fin una oportunidad de estar con Bulma como en los viejos tiempos, pero para su decepción la joven tomó en sus brazos a su hijo, y se dirigió a la nave. Al ver que el guerrero se quedaba quieto como un pasmarote Bulma habló:-¡Vamos! Iremos en mi nave.-

El guerrero se iba a sentar al lado de la peliazul, cuando vió que esta le apartó un poco.-Ese es el sitio de Trunks.- Dijo colocando al niño de cabellos lilas allí. El guerrero frunció el ceño y se colocó en un asiento detrás. ''Pues sí que empezamos bien.´´ Pensó. Cuando estaban juntos su sitio en la nave siempre había sido ese, el de al lado de Bulma, era su sitio, y ahora lo ocupaba el hijo de Vegeta, que parecía mirarle como si fuera el mismo Vegeta, con esa mirada tan fea.

Mientras volaban el bebé no dejaba de reirse, como si se estuviese riendo de él.

Mientras volaban el guerrero se dejó llevar por la nostalgia, había ido tantas veces en esa nave con ella cuando estaban juntos... y ahora tenía que cederle su sitio al vastago del sayayin. El destino era cruel a veces.

Cuando llegaron a la isla allí estaba el maestro, y Oolong y Puar. Hicieron un picnic y se sentaron en la arena. Oolong y Puar no podían quitar la vista de encima de aquel pequeño. A pesar de su corta edad, su expresión era idéntica a la de Vegeta, no cabía ninguna duda de que ese niño era su hijo,aunque su pelo y ojos no fueran los característicos de los sayayins.

La peliazul se dió cuenta de que todos miraban muy expectante a Trunks, que disfrutaba llenándose de arena ajeno a todas las preocupaciones que embargaban a los adultos de su alrededor. Ella disfrutaba con aquello, si todo salía bien deseaba más momentos como este, con su hijo y sus amigos, y por supuesto con Vegeta. Bulma no se hacía idea de la vida sin Vegeta.

NUNCA TE ABANDONARÉ .(always love You)Where stories live. Discover now