dónde estabas?

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Trunks estaba entrenando con Krilin, cuando la puerta de la habitación del tiempo se abrió. Allí estaba su padre, con un poder increible. Todas sus ropas estaban rotas, y grandes heridas cortaban su piel.

-¡Padre!- Gritó el pelilila acercándose a él.

-Ni se te ocurra.- Replicó el príncipe, haciendo que Trunks frenase de lleno.-No tiene ningún sentido que entres, ya que yo me basto para derrotar a ese bicho, pero como entrenamiento te vendrá muy bien.-

Vegeta, tan arrogante como siempre, pero sabía que tenía que aprovechar la oportunidad de entrar a aquella habitación que en su mundo no tenía, y además,su padre muchas veces pecaba de exceso de confianza, y sobre todo de exceso de orgullo.

-Por supuesto que entraré.- Respondió el hijo de Vegeta, adentrándose en la neblina blanca que salía de aquel lugar.

Krilin observó una sonrisa ladeada en el rostro de Vegeta,y una expresión que podía ser...¿orgullo?. No, era imposible que aquel sayayin sintiese orgullo o alguna emoción positiva por alguien que no fuera él mismo. Aunque gracias a la estupidez de Bulma de tener un hijo con él, habían podido ser avisados de aquel desastre y prepararse.

Cuando la puerta se cerró tras Trunks, Vegeta se marchó de allí sin decir nada.

-¿A dónde irá?¿Crees que volverá?¡Me da mucho miedo!.- Dijo Dende.

-No se ni a donde ni si lo volveremos a ver antes del torneo de céll, aunque si no volviera sería mejor para todos, sólo trae problemas.- Contestó Krilin.

El príncipe emprendió el vuelo hacia la corporación cápsula. Trunks estaría todo el día en la habitación del tiempo, con lo cual no merecía la pena estar allí con esos debiluchos. En su cámara de gravedad podría entrenar mejor, y prefería pasar la noche allí que con esos insectos. Además allí por la noche estaría su humana. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al pensar en ella. Otra vez llevaba un año sin ella, aunque por desgracia para él no había conseguido sacarla de su mente.

Pero lo primero era lo primero, entrenaría lo que quedaba de la tarde en la cámara de gravedad y por la noche vería a Bulma, eso haría. Él era el príncipe de los sayayins, y su impulso de ver a la humana no podía ser más fuerte que sus responsabilidades. Él no era como kakaroto, él era un ser racional y con autocontrol.

Cuando llegó a la cámara de gravedad no pudo evitar intentar sentir el ki de Bulma, seguramente se encontraría en el laboratorio, pero por alguna extraña razón quería sentirlo, pero no lo consiguió. Notaba a los padres de Bulma, pero el de su mujer ni rastro. Y ahora que lo pensaba, tampoco notaba el ki de Trunks. Sin saber porqué comenzó a hervir de rabia por dentro. ¿Dónde estaría?Llevaba un año sin verla, estaba dispuesto a pasar la noche con ella, estaba dispuesto a pasar tiempo con ella a pesar de su entrenamiento, debería sentirse la mujer más afortunada del universo, pero no estaba allí.

Tras un pequeño ataque de furia en el que destrozó prácticamente todos los robots que había allí, intentó calmarse. Ella interferia en su entrenamiento, seguro que si se enteraba de que estaba allí iba con algún pretexto para molestarlo. Lo mejor era que no se encontrará allí. Ya hablarían después del torneo y que derrote a céll.

Programó los robots de reserva y continúo entrenando. Pasaron las horas,y de repenté notó el ki de Bulma y el de Trunks. Acto seguido oyó la nave, debían de venir de algún sitio, probablemente de ver a los estúpidos de sus amigos.

Destrozó los pocos robots que quedaban de un sólo golpe.-Vaya,tendré que ir a pedirle más para mañana.-

Y se dirigió hacia la habitación de Trunks, donde Bulma estaba dejando las cosas, y se disponía a cambiarle los pañales. Antes de que el príncipe hiciera acto de presencia por la puerta Trunks habló:-Papá...-

Bulma terminó de ponerle el pijama y voltió. Allí apoyado en el marco de la puerta y con los brazos cruzados se encontraba el padre de su hijo.

-Necesito robots para la cámara de gravedad.-Dijo el sayayin antes de que Bulma hablara.

-Yo también me alegro de verte Vegeta.- Observó al príncipe. Su traje estaba hecho trizas, apenas le cubría carne, y estaba lleno de heridas.

-Date una ducha y mañana a primera hora me encargaré de tus robots. Imagino que habrás terminado también con los de reserva.-

-Llevó aquí horas.- Dijo el sayayin. Eso en su idioma significaba, llevo aqui horas, y tu no estabas. Bulma entendió lo que Vegeta quería decirle.

-He estado en kame hause con Trunks, hemos pasado la tarde allí, después de horas trabajando nos mereciamos un descanso.- Se acercó a Vegeta y le dijo. -Tú también mereces un descanso. Acostaré a Trunks.¿Porque no te das una ducha?Yo también necesito una.- Dijo la peliazul acercándose aún más.

-No te he pedido explicaciones,aunque no me gusta que mi hijo ande cerca de esos idiotas. Y a lo segundo que has dicho si, me daré una ducha.- Y desapareció por la puerta.

Bulma sonrió,con Vegeta había que entender su segundo idioma, las palabras que no decía pero quería transmitir, para saber que es lo que quería, y de momento Bulma lo conseguía. Él quería saber donde había estado, y aceptaba darse una ducha con ella. Por suerte Trunks estaba agotado. A penas lo tumbó en su cuna se quedó dormido.

Cuando entró al baño, el vapor apenas le dejaba ver. Pisó algo, que dedujo sería el traje de Vegeta. Menos mal que había hecho de más, porque con lo que quedaba de ese traje apenas le cubría. Se despojó ella de sus ropas, y se metió en la ducha. El sayayin se encontraba bajo el chorro de la ducha y no se movía, aunque porsupuesto sabía que ella estaba allí.Moría de ganas por tocar su piel, pero quería que ella lo tocara primero. Y así fue, notó el abrazo de la suave piel de Bulma. Y ésta notó que la piel del guerrero estaba llena de cortes y heridas.

-Tendré que curarte esas heridas cuando salgamos de aqui.-

-Querrás decir, si salimos de aquí.- Replicó el príncipe, segundos antes de besar sus labios. Una vez empezaron no pudieron parar. Vegeta llevaba un año sin ella, y no podía más. Tardaron dos horas en salir de la ducha. Dos horas en las que Vegeta otra vez tuvo que contenerse para no marcarla. Se había empezado a acostumbrar aquello, pero una vez que la marcara,no tendría que contener sus impulsos con ella nunca más.

-Vamos a la enfermería y te curaré esas heridas. Alguna quizás haya que coserla.-

-Sabes que no es necesario.-

-Insisto- Dijo ella saliendo de la habitación sin volver la vista atrás, sabiendo que él la seguiría. No necesitaba aprender a sentir el ki para saber que el salió detrás y la siguió.

Primera actualización de hoy.

NUNCA TE ABANDONARÉ .(always love You)Where stories live. Discover now